miércoles, 1 de febrero de 2012

¿CUÁNDO LEVANTAREMOS CABEZA?


La cifra de parados en nuestro país publicada recientemente nos ha sobrecogido a todos. El número de personas sin empleo avanza sin freno y supera con creces la cota de los cinco millones, al situarse en los 5.273.600 en 2011, según los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA).  Los hogares con todos sus miembros en paro ascendieron hasta los 1.575.000 y el paro entre los jóvenes está ya casi en el 50%.   Por otra parte, las casas que no han sufrido el zarpazo del desempleo se encuentran paralizadas, con miedo a realizar cualquier gasto que no sea estrictamente necesario. La sociedad en general tiene desconfianza ante el futuro y se ha vuelto conservadora y ahorradora.
            Ante este panorama, las medidas adoptadas hasta ahora por el nuevo gobierno sólo están destinadas a parar el déficit, paralizando cualquier inversión pública. En algunas Autonomías se habla de modificar el actual sistema sanitario, restringiendo los medicamentos y dilatando pruebas médicas e intervenciones quirúrgicas; también se habla de disminuir los recursos para la educación,  sin olvidar los recortes en servicios sociales tan básicos como necesarios.    Pero todas estas reformas van en la dirección contraria a crear puestos de trabajo a corto plazo. Es más, los destruirán masiva y rápidamente. Son una exigencia de Bruselas, el FMI, el Banco Central Europeo, y un compromiso de nuestros gobernantes con esas instituciones.   La deuda que se emite no tiene apalancamiento financiero, dado que sólo sirve para pagar vencimientos de deuda anterior o salarios de la administración; es totalmente improductiva. Estamos ante una situación claramente inflacionaria.
         Nuestro gran problema es el sistema político de las autonomías, unido al de la corrupción política. Las autonomías consumen todos los recursos económicos disponibles en gasto corriente, gasto inútil y superfluo que al circular por los vericuetos administrativos no genera empleo y el poco que genera es funcionarial. Para el resto de los servicios esenciales hay que recurrir a la deuda que ya nos asfixia. Se suben los impuestos y se drena más el ahorro productivo para ir a sufragar autonomías y deuda pública. Y se genera más paro... y así vuelta tras vuelta, y año tras año.  ¿Por qué el PP afirma que  su máxima preocupación es el paro, cuando sólo lo es el déficit?
         Cuando se dice la cantidad de parados, se trata el tema como setas saliendo en un campo silvestre. Parece que el sector público se mantiene de la venta de la deuda pero absorbe todo cuanto puede y más. Me pregunto: ¿Qué recursos quedan para invertir? ¿Se parará alguna vez con el despilfarro y volcar un presupuesto real en medidas de generación de empleo y mantener los que aun poseen su puesto de trabajo? ¿Se creará una estabilidad para que el sector privado, pueda sostener el inmenso sector público? Las cabezas pensantes deberían tener proyectos para el presente y futuro y no sólo hasta las siguientes elecciones. Es casi seguro que esta cifra de parados seguirá creciendo día a día. Enhorabuena a todos los políticos de este país. ¡Sin vosotros nunca lo hubiéramos podido conseguir!  Por récord Guinness, ¿no nos darían algo? Lamentablemente no apostamos a una educación de primera. Y seguimos sin hacerlo. ¿Qué vamos a fabricar?, ¿lo que otros diseñan?, ¿a qué costo? Somos caros. Son preguntas sin respuesta. Si no preparamos a la gente para que tenga ingenio no veremos el final de la crisis.
         Cuando Zapatero se hundía sin remedio en las encuestas, rechazado visceralmente por los españoles, le preguntaron en una entrevista si se sentía mal ejerciendo el poder y con millones de ciudadanos rechazándole, pero, ante la sorpresa del entrevistador, afirmó que se sentía perfectamente y que dormía a pierna suelta. Lo mismo responderían hoy Rajoy, Montoro, Luis de Guindos, Artur Mas, Dolores de Cospedal, Griñán y muchos otros políticos españoles, a pesar de que deberían sentirse muy mal ante los estragos de la crisis; los millones de desempleados y pobres que llenan las calles de España, y el inmenso sufrimiento que las medidas que ellos adoptan causan a millones de españoles.
         A algunos políticos, el poder les hace perder la cabeza, los convierte en arrogantes y soberbios y les aleja de la realidad, situándolos en una peligrosa alienación que les hace perder la noción de la misma. Cuando acceden al poder se creen dioses, propician el culto a la personalidad, y algunos creen que esa enfermedad se da únicamente en las tiranías, pero lo cierto es que también se desarrolla en las democracias, afectando a personas que han sido elegidas en las urnas. Hay que tomar el toro por los cuernos para reconstruir un pasado vergonzoso que no se compone con la simple regulación del mercado, y lanzarse a la construcción de un sistema económico alternativo y solidario. 
         Un proverbio chino dice que las mentes grandes discuten ideas; las medianas, cosas; y las pequeñas, personas.
Miguel F. Canser
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martes, 3 de enero de 2012

AÑO NUEVO, PROPÓSITOS NUEVOS

Se acabó el año. Por estas fechas, es casi una obligación hacer valoración del año trascurrido y pensar en los objetivos y propósitos para los 366 días que nacen. En los informativos se destacan las noticias más importantes del año, los goles más destacados, las pifias más desternillantes. Es hora de valorar qué hemos hecho este año; si se han cumplido nuestros objetivos en lo personal, familiar o en el terreno profesional, si estamos satisfechos o si ha quedado algo en el tintero.


Lo mismo ocurre con lo que está por venir. La vida parece que nace cada 1 de enero. El fumador lucha contra su hábito y se propone su abandono cuando el año comienza; las personas con sobrepeso intentan eliminar esos kilos de más proponiéndose comenzar el año en el gimnasio, o comprándose la equipación completa para salir a caminar por las mañanas, proponerse leer más; o quizá intentar cambiar aquellas cosas de nuestro carácter que tan poco nos gusta. El principal problema es que, en ocasiones, la mayoría de los objetivos que nos proponemos no son viables, nos resultan demasiado exigentes y difíciles de cumplir. En cuanto comprobamos que la tarea planteada va a costar más trabajo del previsto, abandonamos la idea.


Pero centrándonos en el tema de nuestros posibles proyectos futuros, no es conveniente plantearnos grandes metas, por la sencilla razón de que es muy fácil decir: “voy hacer”, pero se hace difícil cumplirlo luego, porque la mente por medio de la imaginación siempre está dispuesta y se desborda sin sopesar las posibilidades reales de realización. No dependemos sólo de la mente, sino de la voluntad y esto es harina de otro costal. Hace falta una voluntad germánica, una voluntad perfectamente educada, para llevar siempre a cabo nuestros propósitos; y esta clase de voluntad no suele ser muy corriente, pues se necesita prudencia y fijarse pequeñas metas que puedan ser totalmente realizables.


El proceso de adaptación de nuevos hábitos en nuestro subconsciente no es muy rápido, por lo que el uso de la voluntad es vital durante todo el proceso para conseguir el objetivo final. El problema del uso de la voluntad surge cuando decimos “yo no tengo voluntad”, es una frase habitual pero lo que realmente no tenemos es una motivación adecuada para activarla. Todos tenemos voluntad y la podemos usar; nadie dice que sea fácil, pero sí que es mucho menos difícil de lo que generalmente pensamos. Nuestro primer objetivo es buscar una motivación suficientemente atractiva para incitarnos a ir en la dirección que nos propongamos. Una vez establecido nuestro objetivo, hemos de empezar a utilizar nuestra voluntad para que nuestros pensamientos dominantes estén relacionados de manera positiva con nuestro objetivo. Poco a poco veremos cómo nuestra manera de pensar es más optimista y tal vez empecemos a descubrir cosas y aspectos de nuestra vida que nos pasaban desapercibidos. Es preferible fijarse un sólo objetivo y, una vez que empiece a estar encauzado, es decir, que ya forme parte de nuestros pensamientos habituales, podremos ir incorporando más. Si nos animamos a aplicarlo, veremos que al principio cuesta, pero es una herramienta muy valiosa para ayudarnos a generar nuevos hábitos. La voluntad nos ayudará a controlar el tipo de pensamientos que queremos tener, hasta que se convierta en un hábito, es decir, sea controlado automáticamente por nuestro subconsciente.


No hay que desanimarse porque como decía Confucio: “Quizás otros acierten de entrada; lo que es yo, no acierto sino después de diez tentativas. Quizás otros acierten después de diez tentativas; yo, después de mil”. ¡¡FELIZ 2012!!!


Miguel F. Canser
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viernes, 2 de diciembre de 2011

DEVOLVIENDO FAVORES

La Audiencia Provincial de Barcelona condenó al consejero delegado del Banco Santander y ex presidente de Banesto, Alfredo Sáenz, junto a otros dos directivos, a seis meses de prisión por un delito de acusación y denuncia falsa contra unos deudores de la entidad. El tribunal impuso al Sr. Sáenz una multa de 9.000 euros, y añade que los tres directivos condenados deberán indemnizar a uno de los perjudicados con 100.000 euros en concepto de responsabilidad civil con el objetivo de reparar los daños y perjuicios causados por su "injusto ingreso en prisión por una prevaricadora actuación judicial". Según la sentencia, los ejecutivos citados interpusieron una denuncia falsa contra directivos del grupo Olabarría por el impago de una deuda al banco de 600 millones de pesetas (3,6 millones de euros), hechos que se remontan a hace diecisiete años.

El Consejo de Ministros de un Gobierno ya en funciones, ha aprobado este viernes indultar parcialmente a Alfredo Sáenz una vez resueltos los expedientes, a la vista de los “informes pertinentes y conforme a lo dispuesto por la Ley”. La concesión de este indulto parcial, conmuta la pena impuesta de arresto mayor y la accesoria suspensión de ejercicio profesional por la multa máxima prevista en la legislación aplicable al caso. (que era de unos 36 mil €). El consejero delegado del banco Santander seguirá cumpliendo los requisitos de "honorabilidad" que exige el Banco de España para los ejecutivos del sector financiero. Motivos para el indulto… Ninguno. El único argumento jurídico es que ha pasado mucho tiempo desde que acontecieron los hechos. El Sr. Sáenz ha conseguido dilatar el proceso 17 años; aún se está esperando su disculpa o arrepentimiento y encima después de retrasar durante años el proceso recibe el indulto. ¿Alucinados?

Pues esto es lo que hay: La banca presenta una querella criminal falsa para presionar y cobrar una deuda y recibe el indulto del Gobierno. Un descarado trato de favor, sólo porque se es rico e influyente. Por la cara, sin siquiera disimular demasiado. Han esperado a después de las elecciones, eso sí, para que no les pase factura electoral. Hay una casta política-económica que se preocupa principalmente por sus propios intereses y para los cuáles lo público sólo es un instrumento más a su servicio. Izquierdas o derechas, tanto da, lo primero es lo primero, y ya nos han dejado claro qué es lo primero para ellos. Lo más gracioso es eso de "a la vista de los informes pertinentes" que puede parecer que éstos eran favorables al indulto, cuando al menos el Tribunal Supremo se ha pronunciado en contra del mismo. No por esperado deja de ser muy lamentable.

Porque ya es de por sí difícil conseguir que se logre imputar a un personaje de esta “categoría” económica; conseguir que se le haga un juicio y que éste llegue hasta el final..., difícil conseguir que un banquero corrupto a vista de todos sea declarado ¡culpable! ¿Y luego le perdonan? Bueno, lo hace un grupo de ministros y un presidente el día antes de quedarse en el paro, a cambio de algo, seguramente. Si uno pide el indulto es porque admite el delito. En este caso un banquero admite el delito y el gobierno le perdona. Ejemplarizante, si señor.

El Sr. Sáenz mantiene intacta -al menos legalmente- la "honorabilidad" que se le exige para poder seguir trabajando en ese honrado negocio que es la banca. Para que esto ocurra, el propio Gobierno de Zapatero acaba de tirar la poca "honorabilidad" que aún le quedaba. Y durante la rueda de prensa posterior al Consejo, el malogrado José Blanco se ha encargado de poner la puntilla, haciéndose el sueco a pesar de las preguntas explícitas. Imagínense qué favores tendrán que pagar para que indulten a esta persona con el gobierno en funciones y después del grandísimo batacazo del 20-N.

El ciudadano se queda mudo, inerme, pasivo, espectador inmóvil de una farsa que le afecta en su recorrido vital, pero de la que en el fondo, no tiene ni voz, ni voto.


Miguel F. Canser
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lunes, 7 de noviembre de 2011

REFORMA NECESARIA

Cuando escribo estas líneas faltan pocos días para que se celebre el gran “Debate”, el cara a cara entre los señores Rubalcaba y Rajoy. No es un secreto para nadie que uno de los mayores retos a los que se enfrenta España es la reducción del déficit, atajar el ascenso imparable de las cifras del paro, y confeccionar el modelo productivo necesario para afrontar cuanto antes esta demoledora crisis económica que, aunque afecta globalmente a todo el mundo, en nuestro país se hace todavía más acuciante. De que se consigan estos objetivos, cada vez dudan más analistas, economistas, y buena parte de nuestra sociedad.

Sin duda todos estos temas serán tratados y discutidos en el famoso “Debate”. Cualquiera de los dos aspirantes dará su receta y asegurarán que tienen la llave y, por tanto, la solución para estos problemas. En definitiva ambos contendientes nos darán su discurso y tratarán de convencernos de que su programa es el mejor y el más eficaz; unos bajo el lema de “pelea por lo que quieres” y los otros con “súmate al cambio”, afrontan esta campaña electoral que más bien parece un programa de famoseo con temas transcendentales; pero, si nos fijamos bien, cualquier partido con opciones reales de gobernar hará lo mismo que el otro y se tirarán los trastos a la cabeza mutuamente. Pero, ante todo, este será el debate de la imagen personal porque se ha cuidado con todo detalle todo para que, un candidato, no destaque sobre el otro: que la altura de ambos sea idéntica, que los tiempos de intervención sean iguales, y que los contenidos a tratar hayan sido de antemano pactados.
En definitiva, ante las dificultades de la situación actual, no sucumben al desaliento y tenemos por delante una campaña electoral calentita. No les importa la grave situación de los problemas existentes, ni su dificultad para afrontarlos, lo único importante es coger el poder, y una vez en él, ya veremos. El reto será para el Ejecutivo que salga elegido el próximo 20N; aunque, a juzgar por los mensajes que se están lanzando, ambos candidatos están dibujando un escenario más halagüeño que real: pese a que habrá que ajustarse el cinturón, siguen prometiendo políticas que conllevan un aumento del gasto social y disminución de impuestos.
Lo que sí es seguro que no tratará ninguno en esta campaña será la tan necesaria modificación de nuestra Ley Electoral. No sólo que prevalezca la idea de una persona un voto, sino que todos los votos valgan lo mismo aquí que en cualquier otro sitio del País. El encorsetamiento de las listas cerradas, el tratamiento de los votos por el sistema D´ondt que permite obtener el número de cargos electos asignados a las candidaturas, en proporción a los votos conseguidos, que está deliberadamente diseñado para favorecer la creación de mayorías, perjudica notablemente a ciertos grupos políticos en beneficio de otros porque el sistema de listas cerradas convierte a los parlamentarios en rehenes de los líderes del partido. Los reglamentos que regulan el comportamiento de los grupos parlamentarios apenas dejan resquicio para una actuación individual responsable, sino que se trata a los parlamentarios como si hubieran recibido un mandato imperativo que restringe casi por completo su libertad, máxime si en las próximas elecciones pretenden mantenerse en las listas. Nadie accede al Parlamento por méritos propios -aunque algunos, o muchos, puedan tenerlos-, sino por la voluntad de aquellos que los colocan en la lista en un puesto de salida. El Parlamento, lejos de ser la plataforma en la que poner de manifiesto la valía personal, se rige por la consigna de que "el que se mueva, no sale en la foto".
En fin, son tantas cosas las que habría que cambiar…, empecemos por las más urgentes y perentorias. Ya está bien de 'Hooligans' de izquierda o de derecha con discursos trasnochados, caducos y cutres. Estamos en el sigo XXI.

Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com

lunes, 3 de octubre de 2011

LOS MERCADOS Y LA POLÍTICA

Se ha escrito tanto de esta crisis económica, se han debatido las múltiples recetas que los políticos tienen para salir de ella, se han tomado tan diferentes medidas para su erradicación, (austeridad en el gasto, subida de impuestos, merma de servicios sociales, etc.) que la impresión que algunos tenemos es que son ineficaces.

Mercado y política son dos trenes que van a diferente velocidad. Esta crisis global y mundial ha venido sin darnos cuenta, sin avisar; los que sí lo sabían se procuraron muy mucho de no decirlo, pero seguro que tomaron las debidas precauciones. Parece que los últimos en enterarse fueron los dirigentes políticos. Tanto si fue por ignorancia o por no sembrar alarma, es igualmente deleznable. Los mercados se adaptan fácilmente a los tiempos. Su objetivo principal, que es la obtención de beneficios, está por encima de todo; no importa lo complejo de la situación pues la obsesión por rentabilidad sus inversiones no decaerá nunca, y los grandes capitales no están dispuestos a ceder el más mínimo terrero en este sentido. Para ellos el fin siempre justifica los medios. Es decir, los mercados son camaleónicos y se adaptan rápida y perfectamente a cualquier situación. Ante este hecho, la respuesta política suele ser tardía e ineficaz porque está condicionada por el poder económico, y las medidas que se toman siempre van encaminadas a no perjudicarles; no se entiende de otra manera. La crisis no existe para los ricos; prácticamente ni la notan. Quien la soporta verdaderamente son los de siempre: la clase media que, además, son los destinatarios de todas esas medidas que se aportan para atajarla y que, al final, son las que la pagan y padecen.

Los ciudadanos contemplan impotentes a unos poderes financieros globales incontrolados por el poder político causantes de la crisis, que no sólo han quedado intactos, sino que se han visto ayudados y que parecen invulnerables ante la ley. ¿Por qué esta estrecha unión entre política y dinero?, ¿Por qué a nuestros políticos les cuesta tomar medidas para controlar las operaciones de los grandes bancos?, ¿quizá porque son deudores de ellos? Un ejemplo: en algunas comunidades autónomas se está debatiendo la necesidad de eliminar las ayudas a los centros de mayores, discapacitados, y similares. El importe que esto supondría sería de unos 5.000 millones de euros. ¿Saben cuánto supone la ayuda a la CAM (Caja de ahorros del Mediterráneo)?.... Esa misma cantidad. ¿Ustedes lo entienden? Yo no.

Llegar a ser diputado o senador en nuestro país se ha convertido en un objetivo esencial para el desarrollo personal y económico de la persona. Mantenemos una clase política excesivamente dimensionada. Estados Unidos que tiene una dimensión de casi 10 millones de Km2, y más de 308 millones de habitantes, está representado por 100 senadores; en España con medio millón de Km2, y sin llegar a los 50 millones de habitantes, tenemos la friolera de 274 senadores. ¿Son necesarios tantos?, ¿sirve realmente el Senado para algo? La clase política debe reaccionar y atender las demandas que, día a día, solicita la sociedad. Los políticos deben dar ejemplo de austeridad en tiempos de crisis y manifestar su voluntad de servicio al ciudadano. Urge recuperar la capacidad regulatoria de la política sobre el mercado. Pero esto podemos abordarlo sólo con nuevos instrumentos políticos institucionales y nuevos mecanismos de intervención económica.

Es imprescindible fortalecer las instituciones económicas y crear una nueva y sólida capacidad tributaria. Solamente esto puede restituir a la democracia lo que nunca debió perder, esto es el predominio de la política, el poder de las mayorías, expresadas en el voto libre, sobre el capitalismo desregulado. Si queremos mantener el Estado de bienestar, disminuir la deuda nacional e impulsar la recuperación económica, necesitamos nuevos y mayores ingresos tributarios justos, progresivos que hagan pagar más al que más tiene y evitar que el coste de la crisis lo paguen los más débiles.

Alguien dijo en alguna ocasión que “cuando hay dinero por medio es muy difícil la libertad”. Hoy la dialéctica entre política y mercado está rota a favor de éste.


Miguel F. Canser
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jueves, 28 de julio de 2011

LAS VACACIONES

Cuando escribo estas líneas, finales de julio, tengo la sensación de que todo el mundo está ya de vacaciones. Lo observo en que las terrazas de mi barrio están llenas hasta altas horas de la noche, sin prisa para ir a trabajar al día siguiente; vemos y oímos que, en cada puente festivo, nuestras carreteras se llenan de desplazamientos para escaparnos de nuestra rutina de todos los días. Igual ocurre en aeropuertos, estaciones de tren y terminales de autobuses. La verdad, no sé dónde está la crisis porque para el ocio no escatimamos; pero hoy no es este el tema de este artículo. ¿Son necesarias las vacaciones?

Creo que todo el mundo responderá que sí. Yo también. ¿Serán las vacaciones un concepto que el ser humano inventó para justificar sus deseos de descansar, o son parte del reposo que necesitan la mente, el cuerpo y el espíritu? Más bien lo segundo; es necesario que las personas dispongan de un descanso total o de un receso de sus actividades cotidianas; cambiar de actividad es una necesidad ineludible para que el estrés, la ansiedad, además de otras patologías físicas y emocionales, no sigan alimentándose y aprovechar esos días de descanso para incrementar la convivencia y, por ende, la afectividad de nuestros seres más queridos, porque si bien es cierto que la vida nunca es fácil, la complejidad y las presiones aumentan cuando se está trabajando. Es de vital importancia que en las vacaciones se realicen actividades que generen satisfacción, pues incluso el simple recuerdo de los momentos agradables produce placer y es una fuente de energía para el resto del año.

Si bien cada persona utiliza las vacaciones de manera muy personal y diferente, el objetivo más común es descansar y relajarse placenteramente; aunque las vacaciones también pueden servir para traer alguna que otra adversidad. Me refiero a las vacaciones escolares. Para muchas familias que trabajan ambos cónyuges, es una complicación poder atender a sus hijos pues éstos tienen más de dos meses de vacaciones, mientras que sus padres sólo tienen un mes. Y aquí surge la ayuda de los abuelos, que aportan cariño y dedicación sacrificando sus propias actividades, y que no siempre se les reconoce merecidamente.

Pero sobre todo las vacaciones son una excelente oportunidad para ahondar en la convivencia familiar, porque de dicha convivencia, surgen espacios para la conversación, el contraste de opiniones, el debate de ideas, comunicar preocupaciones, etc., que durante el resto del año obviamos por la fatiga del trabajo, la esclavitud de horarios y otros asuntos familiares. En definitiva se trata de que nuestras relaciones personales con los demás miembros de la familia, se complementen, se cubran carencias, se conozcan más nuestras inquietudes. Esto es lo mejor de las vacaciones. Lo peor es, quizá, cuando se terminan.

Aún así hay personas que no podrán disfrutar de unas merecidas vacaciones. Por aquello de la crisis, en el mejor de los casos porque estarán trabajando o, por el contrario, porque no disponen de medios para disfrutarlas. Vivimos tiempos difíciles. La vida es como una escalera, si miras hacia arriba siempre serás el último de la fila, pero si miras hacia abajo verás que hay mucha gente que quisiera estar en tu lugar.

Quiero desearles un feliz verano y unas vacaciones espléndidas.


Miguel F. Canser
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lunes, 4 de julio de 2011

MI AMIGO HELIODORO

Hacía mucho que no nos veíamos y de esos días que te pones a darle a la agenda del móvil, salió su nombre. No lo dudé, enseguida marqué su número:
--¿Sí?-- (siempre responde de la misma manera)
--¡¡Ilustre!!,¿cómo estás?, ¿cuánto tiempo?—

Establecimos día y hora para vernos. Era una cafetería que no conocía, pero me pareció confortable y nada bulliciosa. Mi amistad con Helio nació en nuestro tiempo de estudiantes; después nuestras vidas siguieron caminos distintos por motivos de trabajo, cambio de residencia, etc., pero siempre hemos estado en contacto hablando en numerosas ocasiones. Podría decir que Heliodoro es el amigo que todo el mundo ha deseado, el amigo perfecto. Y precisamente nuestra conversación última fue sobre la amistad. Se quejaba de que, al vivir en otra ciudad, había conocido y hecho amistad con personas muy distintas, pero no por ello menos interesantes.

--Mira chache, (muchas veces me llama así) a lo largo de mi existencia he conocido todo tipo de gente, que me ha llevado a la convicción de que en esta vida existen tres tipos de amigos: los que están a tu lado por el interés, los que necesitan de los demás para desarrollar su propio yo, y los que están contigo de forma desinteresada porque les agrada tu compañía, tienen inquietudes similares, y se preocupan por lo bueno o lo malo que pudiera pasarte. Sobre los primeros poco hay que decir: Sólo están a tu lado por los beneficios que puedan conseguir porque, durante el tiempo que están contigo, les resulta provechoso de alguna manera y te exprimirán como se exprime un limón hasta dejarte seco--, dijo.
-- De eso hay mucho sí, pero….--
--No me interrumpas, deja que termine—
--Los siguientes suelen ser personas que necesitan de los amigos para desarrollarse a sí mismos. Siempre necesitan tener a su lado a alguien, aunque jamás cederán el protagonismo a los demás. Son egocéntricos y no aceptarán que se han equivocado, ni pedirán perdón casi nunca, porque siempre llevarán la razón--. Hizo una pausa que aproveché
-- ¿Y sobre los terceros?—balbuceé
--Los terceros son el “espécimen” mas raro, menos frecuente, no se prodigan, y son difícil de encontrar. Es cierto que este tipo de amistad no se encuentra de un día para otro, sino que se llega a el después de tratar a las personas durante mucho tiempo; y aun así, no es fácil.

--¡Helio!, para mí tu eres de éstos últimos—quise aclarar
--¡Toma, pues claro! No lo dudes—aseveró
--De todas maneras, me parece un poco simplista catalogar sólo en tres clases los tipos de amistad. ¿Dejas que te de mi opinión?-- dije
--¡No faltaba más!— invitándome a proseguir.
--Mira Helio, cada persona es un mundo y no se puede ir clasificando a la gente porque corremos el riesgo de equivocarnos. ¿Te gustaría que te clasificaran a ti? Cada uno es como es y muy importante aceptarlos como son. Con sus defectos pero también, seguramente, con las virtudes que todos poseemos. Donde vayas encontrarás a gente de todo tipo, pero sólo frecuentarás las personas que son más afines a ti. Cada persona que pasa por nuestra vida es única, siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. —concluí.
-- Me encanta hablar contigo—dijo
--A mí también—dije


Miguel F. Canser
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viernes, 3 de junio de 2011

INDIGNADOS

En la ya famosa fecha del 15 de mayo, un grupo de insatisfechos ha logrado acaparar el interés y despertar las simpatías de cientos de miles de personas enarbolando un mensaje pletórico de indignación: “Democracia real ya”. El argumento es: la agudeza de la crisis, con un paro juvenil superior al 43%, y el desencanto con una clase política incapaz de ofrecer un relato atractivo a su electorado y plagada de dirigentes a los que ya sólo les interesa hacer declaraciones sin posibilidad de pregunta y que no muestran ningún remilgo en incluir en las listas (cerradas) a imputados en casos de corrupción. Se vive tal clima de incertidumbre laboral y pérdida de credibilidad política que, en la práctica, vivimos en una democracia menor y a muchos jóvenes, utilizando las redes sociales, no les ha quedado otra que salir a la calle y proclamar sus frustraciones; posteriormente se les ha unido todo tipo de colectivos aburridos del pobre espectáculo que estaban presenciando, identificándose con sus reivindicaciones.

Confieso que, personalmente, me agradó este “Movimiento 15-M” porque pensaba que nuestros jóvenes eran incapaces de rebelarse ante un hecho tan contundente como es la falta de futuro, de protestar contra el obsoleto y antinatural modelo económico, contra el ansia y la acumulación de poder de unos pocos, contra el brutal desempleo, contra una democracia descafeinada señalando directamente a los dos grandes partidos. Me equivoqué y me alegro. No entendía su desidia y dejadez. Cuando escribo estas líneas, aún perdura su singladura, su constancia. Ignoro hasta cuándo, pero lo que si han dejado patente es su disconformidad, su exigencia de cambiar muchas cosas, empezando por algunas leyes; entre ellas la Ley Electoral que muchos ya hemos denunciado su necesidad.

Aunque cada uno de los “indignados” tenga su propia historia personal, tienen motivos generalizados para estar ahí. Se echaron a las calles para gritar a los políticos que están hartos y que se han cansado de que no se molesten en escucharlos. ¿Qué pasará ahora?, ¿nuestros políticos les harán caso?, ¿será su rebeldía neutralizada por los grandes partidos? El movimiento es imparable e irá a más porque recoge el hartazgo de mucha gente y esto no ha hecho más que empezar. Deberían escucharles porque había una heterogénea representación de la sociedad: familias con niños, jubilados, funcionarios de todas las edades, aparte de jóvenes universitarios. Los políticos deberían de tomar nota porque les está hablando el futuro.

La historia se escribe en el presente, y no se puede mirar atrás para comparar esta manifestación con otras, de hecho no es comparable con ninguna otra manifestación. Esta claro que el caldo de cultivo de esta concentración no se habría formado sin la ayuda de los 5 millones de parados indignados, mil euristas explotados y demás afectados por la crisis. No olvidemos que esto ha sido un movimiento social ciudadano y de forma espontánea. Hay mucho que cambiar. Pongámonos todos a la faena. Nadie está exento.


Miguel F. Canser
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jueves, 5 de mayo de 2011

CAMPAÑA ELECTORAL

Prácticamente ya ha comenzado la campaña electoral y estarán a punto de celebrarse las próximas elecciones autonómicas y locales del 22 de mayo. A partir de hoy, --aunque bien mirado siempre estamos en campaña-- sufriremos día a día la invasión de los distintos candidatos solicitando nuestro voto. Todos coincidirán en que, a partir del próximo 22 de mayo, nos van a arreglar nuestros problemas; nos dirán que, cada uno de ellos, tiene la solución para que se terminen nuestras penalidades. Prometen, ofertan, y rivalizan a ver quién es más osado, ocurrente y original en sus propuestas, porque los mítines son la forma más democrática de perder el tiempo y de derrochar esfuerzo y dinero.

Como toda campaña electoral va a existir un despliegue extraordinario de logística: (transporte, movilización de simpatizantes, montaje, acondicionamiento del lugar, etc.), con el consiguiente costo de hoteles, dietas, medios de transporte, y bombardeo constante en todas las TVs. Este dinero no crea que sale del bolsillo de los candidatos, nada de eso. El Estado, es decir, todos nosotros, subvencionará con un buen pellizco cada escaño o acta de concejal conseguido.

Nos inundarán con promesas de difícil digestión intelectual, que caducarán al día siguiente posterior a las elecciones. Los políticos no son previsores. Viven de la inmediatez. Es más apropiado decir una chorrada desternillante a tiempo para provocar una risotada, que decir algo con verdadero sentido. Se enquistan en criticar los errores del contrario y, lo lamentable, es que siguen sin exponer apenas reflexiones hondas con objetivos realmente realizables a los sufridos copartícipes de un mitin.
Es el oportunismo político reiterativo y pertinaz donde aprovechan para decir lo que queremos oír. Nos venden su propaganda como charlatanes de mercadillo. Requieren nuestro voto en base a la descalificación del contrario, no a los logros propios conseguidos, y ofenden a nuestra inteligencia con tanta frase ocurrente y graciosa. Dentro de poco nos veremos inundados de su propaganda y recibiremos en nuestro buzón, el papel con la lista para votar, pero no recibiremos, por ejemplo, ningún ejemplar de sus programas: ¿Para qué? Les invito a consultar los programas de cada convocatoria; verán que las promesas se repiten, que cada cuatro años no varían. ¿Por qué no se cumplen casi nunca? Pero, en política, ya no es como antes. Ya no vale todo. Los ciudadanos saben que algunas promesas son imposibles de cumplir, y sólo van dedicadas a conseguir votos.

Aún así, hay que dejar una luz para la esperanza. Me gustaría que esta campaña fuese una explicación pensada de los distintos programas, que podamos cotejar los mensajes de nuestros candidatos; abramos una ventana de aire fresco para ejercer la moderación, el debate de ideas para que podamos elegir la opinión más sabia, las más austera, sin florituras ni aspavientos; aquella que sea más esencial –o lo parezca--; la que, en definitiva, nos convierta en personas que piensan con generosidad en el bien de todos.


Miguel F. Canser
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lunes, 4 de abril de 2011

NUESTRA JUSTICIA


Hace exactamente 3 años escribí un artículo, “Modernización inaplazable” donde denunciaba la escasez de medios que disponía nuestra justicia, y que derivaban en errores judiciales de bulto que dieron paso a una alarma social y, sobre todo, a una gran desconfianza en la justicia. El caso de la niña Mariluz que fue asesinada por un hombre que debería estar en la cárcel y no lo estaba por un error judicial, el caso de los Albertos que considera probados los hechos de estafa y falsedad documental que fueron absueltos por prescripción del delito, etc. Pues a pesar del tiempo transcurrido, poco o casi nada ha cambiado. Los juzgados siguen atestados de papeles, los procedimientos son larguísimos, los medios tanto humanos como materiales son escasísimos, y los juicios languidecen en el tiempo y para cuando se celebran, las pruebas y los testimonios dejan de ser concluyentes.

Y esto lo digo porque me ha llamado la atención que estos días, ante la amenaza de huelga en el futbol, la justicia se ha tenido que pronunciar en muy poco tiempo. Unos futboleros han hecho trabajar la justicia en tiempo récord. Estoy alelado al saber que la justicia, en pocas horas, resuelve y sentencia un caso tan importantísimo como el de 'Liga sí' o 'Liga no' un fin de semana. Eso quiere decir que se ha informatizado la justicia española, que los juicios de asesinatos, violaciones, desahucios, delitos fiscales y demás se van a resolver en pocos días. Pues son tan importantes como la Liga de fútbol, ¿o no?

Parece ser que no. El informe bienal de la Comisión Europea para la “Eficacia de la Justicia”, que evalúan los sistemas judiciales de los países miembros, desvela que el plazo medio para resolver una demanda ante la justicia española de primera instancia fue de casi 300 días. Actualmente este plazo ha sido ampliamente superado. España tiene además, el índice más bajo de casos resueltos, en relación con los recibidos. Los datos reflejan una “tendencia alcista” del número de procesos acumulados y de los plazos de resolución en los tribunales españoles.

Es cierto que los ciudadanos sitúan el problema de la Administración de Justicia entre los que menor preocupación les suscita, que conceden al paro, a la economía, y a la clase política su mayor grado. Pero es sumamente preocupante que los españoles se sientan «pocos» o «nada» iguales ante la ley en un 68,8%, que el 82,6% considere que las leyes «favorecen más a unos que a otros La encuesta del CIS permite destacar la profunda desconfianza que mantiene la sociedad española respecto al ejercicio efectivo de la Justicia. Desconfianza que se refleja también en el hecho de que solo el 21,7% de los entrevistados optaría por pleitear judicialmente si se viese envuelto en algún conflicto. El drama de la Justicia salpica directamente al poder político, el verdadero culpable de la situación por haberse empeñado, desde hace años, en controlarla, todo un desastre para una democracia moderna.

El Estado español, uno de los más costosos de Occidente pero también uno de los más ineficaces, es incapaz de garantizar lo que, por ley, está obligado a garantizar: la seguridad de sus ciudadanos. La constancia de que España está mal gobernada y que la clase política no cumple la parte del trato que le corresponde es hoy una creencia generalizada. Incluso los principales líderes políticos no les duelen prendas (Sr. Rajoy) en confiar en la lentitud de la justicia para evitar el procesamiento del Sr. Camps en medio de la inminente campaña electoral.

La sociedad española demanda con urgencia una Justicia más abierta que sea capaz de dar servicio a los ciudadanos con mayor agilidad, calidad y eficacia, incorporando para ello métodos de organización e instrumentos procesales más modernos y avanzados. Este proyecto sólo puede ser afrontado mediante un amplio acuerdo de todas las fuerzas políticas que asegure la unidad y continuidad de los esfuerzos y garantice el consenso sobre las bases del funcionamiento de este Poder del Estado. Menos dinero para otras cosas, y más para ésta.


Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com

martes, 1 de marzo de 2011

FALTA DE IMAGINACIÓN

Cuando escribo estas líneas (primeros días de marzo) acabamos de conocer la noticia de que el Gobierno, con el fin de ahorrar energía y dinero, limitará la velocidad en nuestras autovías y autopistas de 120 a 110 Km/h; asimismo abaratará los trenes de cercanías un 5% para estimular el uso de transporte público y aumentará la proporción de biodiesel del 5,8% al 7% en el gasóleo. La medida es “transitoria” por lo que se usarán pegatinas sobre las señales de tráfico cuyo costo se cifra en 250.000 €. Estas medidas entrarán en vigor el 7 de marzo.

Confieso que la noticia, en un primer instante, me produjo perplejidad para a continuación dar paso a una sonora carcajada. Antes de nada tengo que decir que no soy amigo de usar la velocidad para mis desplazamientos, y me considero una persona respetuosa con las normas establecidas; pero disminuir la velocidad en 10Km/h con el fin de ahorrar “hasta un 5%” me parece que nuestros políticos (todos) carecen de la imaginación necesaria para afrontar los problemas reales de nuestra economía, por no decir que adolecen del más elemental sentido común.

Al margen de que esta medida tiene más detractores que seguidores por su posible ineficacia, y se sospecha que detrás se esconde un ánimo recaudatorio sin más, sin ser un experto, se me ocurren otras sin tener que fastidiar a los de siempre: ¿Por qué no se reduce a 110 el número de diputados y senadores? Es ampliamente conocido que sus señorías votan en bloque según les dicta su partido político, por tanto, ahorremos en sueldos desorbitados, dietas, traslados, pensiones vitalicias reduciendo el número de sus señorías en las cámaras. El sistema continuará funcionando pero con un coste mucho menor para los ciudadanos. Igualmente podríamos reducir a 110 el número total de asesores del Gobierno, porque para tomar esta decisión, no hacen falta tantos. ¿Esto es lo único que se le ocurre a este gobierno? ¿Conducir más despacio en 10 Km. /h?

Otro tema importante es el almacenamiento de nuestros residuos nucleares que depositamos en Francia y que nos cuestan 60.000.-€ diarios. Aunque muchas poblaciones solicitaron tener este almacenamiento, no se tomará ninguna decisión hasta después de las elecciones. ¿Ustedes lo entienden?, ¿no les parece que nos cuestan caro tenerlos en otro país, y que se podría haber tomado esta decisión hace tiempo para ahorrar ese despilfarro? Pero no es conveniente políticamente. Esto es prioritario a cualquier tema económico.

Nuestros políticos están acostumbrados a que su ineficacia no sea correlativa a su responsabilidad política. Las promesas electorales incumplidas, los errores de bulto con transcendencia en materia económica, sin contar los casos de posible corrupción, no son suficientes para dimitir. Es preciso echarlos, porque no se van. Fíjense en el ministro alemán de defensa, que ha tenido que dimitir por “plagiar su tesis doctoral”….. Ojalá, algún día, la definición de la palabra política alcance, en la práctica, todo su maravilloso significado: la actividad humana tendente a gobernar o dirigir la acción del estado en beneficio de la sociedad.


Miguel F. Canser
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martes, 1 de febrero de 2011

SUEÑOS E ILUSIONES

Todo ser humano tiene su sueño, una ilusión por cumplir, algo que siempre ha deseado; puede ser dinero, amor, familia, salud, trabajo, etc. A veces, el destino o la vida misma (llámenlo como deseen) nos enseña otros caminos, que hemos de recorrer por necesidad muy diferentes del que habíamos soñado, porque es muy bonito vivir de ilusiones, pero éstas, no te dan de comer. Vamos construyendo el futuro con proyectos y "con la ilusión" de poderlos llevar a cabo, pero sabemos que existe la posibilidad de conseguirlo o no, pues el futuro no lo podemos controlar.

Cuando somos pequeños somos toda ilusión porque somos todo futuro, proyecto, entusiasmo, etc., cuando llegamos a la edad adulta nuestros sueños e ilusiones van perdiendo fuerza conforme nos vamos acomodando al mundo y lo concebimos como algo estático, considerando que ya lo hemos visto todo y que nuestras circunstancias son las mejores; esta pérdida de capacidad de proyección va en contra de nuestro desarrollo personal. Por eso a veces caemos en el error de darlo todo por hecho, sin tener en cuenta que toda ilusión necesita una continuidad en el tiempo y a la vez necesitamos incorporarla a nuestro proyecto vital para ir construyendo nuestra persona.

Para llevar a cabo nuestro sueño deseado, nos hace falta poner en marcha un proceso de trabajo constante y por eso, la voluntad también tiene que intervenir en la realización de nuestro proyecto. La voluntad nos fija en algo concreto, en algo que podemos conseguir realmente, pero el deseo va más allá, pues podemos desear lo posible, lo imposible y hasta lo inconcebible. La vida del hombre no está hecha, vamos dibujándola a medida que elegimos unas posibilidades y rechazando otras. En el desenlace de la ilusión puede ocurrir que no se corresponda con lo que esperábamos por eso, en el mismo momento en que tenemos una ilusión, aparece la desilusión como una posibilidad que no se puede eliminar. Cuando esto ocurre lo habitual es echar la culpa a la sociedad, al entorno, al gobierno y, ya puestos, ¿por qué no?, a la crisis; pero al final, todo lo que nos ha pasado, tanto lo bueno como lo malo, se debe siempre a elecciones y decisiones que hemos ido tomando a lo largo de los años con mayor o menor acierto.

Nuestros sueños e ilusiones deben perdurar toda la vida, pues cuando llegamos a cierta edad, pensamos que ya lo hemos visto todo, que nada nuevo va a ocurrir y caemos en un error, porque siempre tenemos que hacer o decir algo. En un momento dado la trayectoria de nuestra vida puede cambiar, pero cada uno elegirá un camino, pues todos no nos desarrollamos de la misma forma, ya que no existen dos vidas humanas iguales. Lo esencial no es llegar a algún sitio concreto, sino lo que hacemos durante el trayecto; vivir ese proceso, lo que debemos pasar antes de llegar a esa meta que siempre hemos buscado. No debemos perder la ilusión por uno mismo. Nuestro mejor proyecto somos nosotros mismos.


Miguel F. Canser
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martes, 4 de enero de 2011

DISTINTA VARA DE MEDIR






Hace meses que vivimos la anunciada reforma de las pensiones; una reforma que perjudicará, con el tiempo, a la mayoría de los trabajadores pues elevará la edad de jubilación de 65 a 67 años de forma paulatina tras un proceso de adaptación flexible de 15 años, que sólo entrará en vigor de forma completa en 2027, y todo hace indicar que se ampliará el número de años cotizados para tener derecho a percibir una pensión. Nuestro sistema de pensiones se sustenta con la cotización de los que trabajan en favor de los pensionistas; es decir, las pensiones se pagan con las aportaciones de los que cotizan; y como el descenso de la natalidad y el incremento de la esperanza de vida, unido a que los pensionistas crecen a mayor ritmo que los que se incorporan al mercado laboral, (ahora hay cuatro cotizantes por cada jubilado), algo hay que reformar si queremos seguir con el mismo sistema. La cuantía de la pensión se determina aplicando un porcentaje dependiendo de los años cotizados. Actualmente el mínimo de años que hay que cotizar para recibir una pensión es de 15 años; teniendo derecho a cobrar un 50% del salario percibido y si se quiere cobrar el 100%, se deberá cotizar 35 años.


La clase política es ajena a esta reforma pues sus señorías disfrutan del privilegio de poder retirarse con la pensión máxima con tan sólo siete años. Ello se debe a que gozan de la llamada “pensión parlamentaria”, prevista en el Reglamento de pensiones de las Cortes Generales, publicada en el Boletín Oficial de las mismas con fecha 14 de julio del 2006. Esta pensión se creó para los supuestos en que los parlamentarios no alcancen el límite máximo de pensiones públicas. En estos casos las Cámaras (Congreso, Senado, y prácticamente todas las autonomías) abonarían la diferencia hasta completar la pensión máxima. Pero estos privilegios no se quedan ahí, porque hasta el 75% de los ingresos reales de los políticos está libre de impuestos. En concreto, entre el 40% y el 75% del sueldo real, goza de exención fiscal. Es decir, no tributa a Hacienda, gracias a las abultadas dietas que cobran sus señorías. Existen otros privilegios en concepto de indemnizaciones por cese, planes de previsión social, etc., que obviamos para no dilatar el tema.

Queda patente la distinta vara de medir entre ellos y los ciudadanos de a pie. No parece muy justo que sean ellos mismos los que valoren la importancia de su función, con un sueldo y unas prerrogativas autoimpuestas donde llegan a un acuerdo absoluto, por mayoría, donde el anhelado consenso se alcanza rápidamente. La inmoralidad que supone la diferencia abismal de derechos económicos existente entre los políticos y el resto de la ciudadanía, que deberían dar ejemplo de austeridad y contención del gasto que piden al resto de los mortales, hace que aumente el desprestigio de unos hacia otros. No es de extrañar que se peleen como lobos hambrientos para conseguir su sillón o parcela de poder. No dudo que habrá políticos comprometidos con deseos de trabajar por el bien común, pero el sentir popular es muy negativo.

Así es que ya saben: Sólo tienen que afiliarse a algún partido político, que le incluyan en sus listas, y como se vota al partido y no a la persona, si salen elegidos, ya tienen asegurado bastante su futuro económico. No se necesita entregar ningún “curriculum”, ni pasar ningún tipo de examen para averiguar su valía. No hace falta. Únicamente se le exigirá obediencia y disciplina.

El descrédito de los políticos cada día es más evidente. Se detecta una sociedad española resignada y una clase política salpicada, cada vez más, de casos de corrupción que hace exista un mayor distanciamiento entre unos y otros. Vivimos en una sociedad desesperanzada y carente de motivaciones. El ciudadano cada vez recela más y se fía menos de las promesas que hacen los políticos. Quizá deberían estar menos alejados de la realidad de la calle, preocuparse seriamente por los problemas reales de los demás, y no preocuparse tanto por los suyos.

Miguel F. Canser
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miércoles, 27 de octubre de 2010

POBREZA EN ESPAÑA


El Banco Mundial considera que se encuentra en situación de pobreza extrema todo aquel que subsiste con menos de un dólar diario. Algo inimaginable para muchos y estremecedor para tantos otros. Pero, ¿cuándo se está en una situación de pobreza? Se dice que todo aquel que recibe un salario por debajo del 60% del sueldo medio de su país. En este cálculo se incluye una variable determinante: la paridad del poder adquisitivo. Y el Banco de España hizo público en el mes de octubre, que las familias españolas son un poco más pobres. Los datos son escalofriantes:

- El 60% de los asalariados es mileurista (11 millones de personas)
- 2 Millones de personas reciben el salario mínimo ( 633,30€)
- La pensión media de jubilación es de 861,49€
- El paro juvenil se acerca al 41,7% de la población activa.
- La cifra de paro supera los 4 millones de dramas humanos.

Resulta sencillo imaginar el poder adquisitivo de un elevado porcentaje de españoles. Casi el 30% de los pensionistas está al borde de la pobreza, pues su pensión es inferior al salario mínimo y lo cierto es que cada vez trabajamos más para ganar lo mismo, cuando no menos, y nos endeudamos más para, al final, ser menos ricos e ir más apurados. El volumen de ejecuciones hipotecarias es impresionante: Se incrementaron un 126% en 2008 y un 59% en 2009; y en el primer trimestre de este año se rompieron todos los topes estadísticos con más de 27.000 procesos judiciales. Los bancos, y sobre todo las cajas de ahorro, tienen en la actualidad propiedades inmobiliarias en balance por importe de unos 20.500 millones.

No vale la excusa de la crisis para justificar que nuestra economía se encuentra en una U.V.I. permanente. Las turbulencias de los mercados, la opacidad financiera, o la ingeniería crediticia por las que empezó todo, pueden resultar ajenas a la frágil temporalidad de los contratos laborales, a la nula competitividad nacional, o a la baja productividad que pagamos con la tasa de paro más elevada de los países desarrollados. Se efectuaron construcciones y obras públicas que el actual Ministro de Fomento reconoce se hicieron, sin valorar su viabilidad económica y sus costes de mantenimiento. Vamos a tener menos obra pública. Vamos a tener que replantear las pensiones porque han aumentado espectacularmente mientras las cotizaciones sociales con las que se sustentan no crecen al mismo ritmo y este desfase es insoportable por tiempo indefinido. No nos engañemos: somos más pobres, no podemos vivir al mismo ritmo. Cuanto más tardemos en admitirlo, más se agravarán nuestros males.

Existe el hecho cierto de que la actividad económica es baja. Y si no hay actividad económica no hay crecimiento. Sin actividad, sin cosas que producir, no abunda el trabajo. Trece de cada cien euros que recauda España son para pagar a los parados. ¿Nos lo podremos seguir permitiendo? En definitiva, vamos a tener que prescindir del bastón europeo, después de haber recibido entre 140.000 y 170.000 millones de euros de Bruselas, a partir de 2014 no habrá maná comunitario para España. En momentos como estos hacen falta estadistas de talla que hablen claro de una vez, y expliquen de frente la enorme envergadura del problema. Alguien que, sin enredar en las bancadas del gobierno con impuestos ideológicos o en las de la oposición con la protesta por la protesta, pida realismo y sacrificio pero devuelva rigor y determinación. Alguien que les diga a los ciudadanos a la cara que así no podemos seguir.

Lo primero que hay que hacer para salir de un pozo es dejar de cavar. Cada minuto que retrasemos las reformas que se coligen de los apabullantes números de la realidad española estamos dando una palada más abajo dentro de nuestro propio agujero.


Miguel F. Canser
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miércoles, 29 de septiembre de 2010

TRAICIÓN Y COBARDÍA




Se define por traición el delito que se comete quebrantando la fidelidad prometida o la lealtad debida, y se produce cuando se quiebra la confianza y la coherencia con el compromiso adquirido; cuando se rompe sin registrar culpa alguna, haciendo lo contrario de lo que otros esperan. La traición es uno de los actos que más destrozos irreparables ocasionan y que más repugna al ser humano.

La traición existe en todos los niveles: empresarial, sentimental, familiar, de amistad, etc. De todos es conocido el ejemplo de Judas. Indudablemente ser traicionados es parte de la vida, es una prueba que todos pasamos en algún momento a cualquier nivel. El traidor quiebra un compromiso, acuerdo o norma con fines egoístas fingiendo ser honesto. Quien traiciona, suele usar la mentira, manipulación, distorsión de los hechos y la persuasión para que su perfil de conducta no caiga en tela de juicio.

En la traición, los hechos demuestran que la confianza depositada en la persona no se corresponde con la realidad; y nos hace entender que nos han traicionado. Inmediatamente después viene la decepción; sentimiento que no siempre podemos expresar con claridad, bien porque nos sentimos atrapados por el dolor, bien porque nos avergüenza reconocer el error de haber confiado en alguien que, con sus hechos, nos ha traicionado. ¿Por qué yo? La respuesta es que hoy eres tú, pero pudo ser otro, y mañana es seguro que le tocará a otra persona; porque quien traiciona vive en crisis, con dolores internos que no se anima a mirar, cediendo al egoísmo y al miedo. La honestidad es un rol que no aprendió a llevar con firmeza. El traidor no tiene un nivel de valores equilibrado y mucho menos madurez emocional, mentir es más fácil a ser él mismo, así como sentirse inferior. Un traidor es sólo un ser lleno de miedo y prejuicios que maneja mal sus emociones.

Por ello, existe un claro nexo entre la traición y la cobardía. La cobardía es sinónimo de traición. La cobardía no solo se refiere a la carencia de valor o entereza de ánimo, sino que, como decía Montesquieu, “es la madre de la crueldad” . El cobarde suele ser una persona tímida, pusilánime, medrosa, que carece de espíritu, que se defiende amparándose en la muchedumbre, incapaz de resolver su problema cara a cara. Es un ser infame, indigno, miserable y vil. Su arma es el puñal oculto escondido tras la mejor sonrisa, adornada de un cariño ficticio, que no duda en sacar cuando más desprevenida está su víctima. Dice un proverbio chino: “Es fácil esquivar la lanza, más no el puñal oculto”.

El camino no es ni la trampa, ni la mentira, ni esconderse de uno mismo que sólo nos conduce a una profunda confusión, angustia e infelicidad. Sólo la verdad y la honestidad evitarán que carguemos con un peso inútil que nos envejece y enferma.


Miguel F. Canser
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miércoles, 2 de diciembre de 2009

¿TENEMOS NAVIDAD?


Ya llegó de nuevo diciembre y con él, otro período de Navidad que se convertirá, una vez más, en la gran fiesta del consumo. Hoy, aunque quizá este año sea más leve por aquello de la crisis, lo que se considera Navidad es un período del año en que comprar, comer y beber es un fin en sí mismo y nuestra única tarjeta de visita es la de crédito.

La Navidad siempre ha pivotado sobre el nacimiento en Belén de Jesús (es el niño que más veces ha nacido en el mundo); pero ha desaparecido el principal protagonista de esta historia. Ahora, sencillamente se le ignora, se le camufla, se le cambia, ya no interesa lo de antes. Tanto es así que, en la mayoría de hogares, existen más árboles de navidad y papás Noel que “nacimientos”. La Navidad ha perdido mucho su carácter religioso reduciéndose a una fiesta familiar y de consumo; muchos consideran que Dios es un ser alejado de los acontecimientos cotidianos y perjudicial para sus propios intereses. Viven como si no existiera y representa un obstáculo de tipo moral para alcanzar sus fines. Cada vez se reza menos y al único santuario donde acudimos es al de los centros comerciales.

Seamos creyentes o no, vivimos tiempos de intolerancia e indiferencia. Hace algunos años me llamó la atención una estadística realizada a niños en edad escolar, sobre qué representaba para ellos la Navidad. La mayoría de las respuestas tenían como destino los regalos y las vacaciones; sólo un mínimo porcentaje se referían a la reunión familiar, y prácticamente era nula la referencia al niño Jesús. Este es el mensaje que han heredado. Dentro de pocos años, ¿sobrarán también palabras como paz, amor, solidaridad, etc.?

En este momento de postmodernidad, de pasar despreocupado, de estómagos llenos, de convite a todo trapo, que no nos deja contentos del todo, a veces, se nos cuela algún sentimiento que conecta con lo inmaterial: quizá lo llamemos alma. Más allá de fabricarnos nuestro particular becerro de oro que significa el dinero, necesitamos la búsqueda de lo trascendente porque nadie es tan pobre para no dar, ni tan rico para no recibir; aunque sólo sea una palabra amable adornada con una sonrisa.

Como ya dije hace tiempo, mientras haya un niño con hambre, un enfermo que no tenga atención médica ni medicinas, unos ancianos sin atenciones; mientras haya guerras entre los pueblos, o pobres que no tengan agua ni pan, podremos tener fiestas, pero no tendremos Navidad.

Deseo, de corazón, una hermosa Navidad y un año cargado de buenas noticias. ¡¡¡Felicidades!!!



Miguel F, Canser
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lunes, 23 de noviembre de 2009

ECONOMÍA SOSTENIBLE


Estos días hemos recibido la noticia de que el Gobierno ha anunciado la aprobación de la ley de Economía Sostenible que incorporará reformas sustanciales en los actuales modelos del sistema financiero, una apuesta clara por la potenciación de las energías renovables, impulsar empresas socialmente responsables, y por agilizar y modernizar las administraciones públicas.

Pero, ¿qué es economía sostenible? Una palabra que está de moda y que todo el mundo utiliza. Es aquel desarrollo capaz de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de futuras generaciones. Es decir, los recursos naturales no se deben utilizar a un ritmo superior al de su regeneración; no emitir contaminantes a un ritmo superior al que el sistema natural es capaz de absorber o neutralizar. Históricamente es manifiesta la incapacidad de la especie humana para vivir en armonía con el planeta. Hasta hoy, ninguna especie salvo la humana, ha conseguido modificar tan substancialmente, en tan poco tiempo, las características propias de nuestro mundo: Superpoblación, incremento efecto invernadero, modificación del paisaje, erosión, desertización, destrucción de la selva, etc., con una importante interacción en el tratamiento del agua, los residuos domésticos, suministro energético y sistema productivo.

Por lo tanto, es evidente que se hace necesaria una transformación total de nuestro modelo económico. El modelo económico dominante actual es aquel que dice que la economía va bien cuando crece el producto interior bruto (PIB). Este sistema no tiene en cuenta que la capacidad de crecimiento económica es finita, ni tiene en cuenta las limitaciones del sistema natural que están llevando a nuestro planeta al infarto ecológico. Aunque el Gobierno haya anunciado esta nueva ley, no ha concretado cómo lo va ha hacer. Sólo ha dicho que se pondrá el acento en su “capacidad innovadora”; con un gran problema por resolver: el alto volumen de desempleo: 18%. Esperemos que, al final, todo esto no se traduzca sólo en palabras grandicoluentes e ideas inaplicables.

Los políticos deben dejar de sacar conejos de la chistera y abordar, en profundidad, las reformas necesarias a saber: Educación, investigación, desarrollo e innovación, transparencia del sector financiero, mayor dinamismo empresarial, y acción decidida a luchar contra el cambio climático. Las reformas deben ser profundas y progresistas. Tarea difícil pues, para una persona “progre”, el término progresista significa que el primero que tiene que progresar es él mismo. Me temo que eso de la “economía sostenible” signifique que al primero que hay que sostener –aún más—económicamente, sea a los de siempre. Mi madre, como cualquier otra persona ama de casa, quizá sea quien más sabe de economía sostenible: “Cuando se cobra poco, pero se sigue queriendo subsistir, se aplica este principio básico: Gastar menos”. Tal vez los responsables políticos (todos) deberían tomar nota.


Miguel F. Canser
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lunes, 16 de noviembre de 2009

TELEBASURA


Desde hace tiempo estamos asistiendo a un fenómeno televisivo, cada vez más presente, que se caracteriza por explotar el sensacionalismo, el morbo y el escándalo con el único fin de atraer audiencia. Se define “Telebasura” por los personajes que exhibe, los asuntos que aborda, el poco o ningún respeto a la vida privada o a la intimidad de las personas; por el desprecio de la dignidad que toda persona merece, cuando no se recurre a la utilización de un lenguaje chillón, grosero e impúdico, con la intención de convertir en espectáculo la vida de determinados personajes que, generalmente, se prestan a ser vilipendiadas y manipuladas, a cambio de celebridad o contraprestación económica. Prima el mal gusto, lo escandaloso --y en algunos Realty shows--, el enfrentamiento personal, el insulto y la denigración de los participantes.

Este tipo de programas atrae a mucha gente. Pero, ¿por qué su éxito?, ¿es el cotilleo parte de nuestra cultural social? Los promotores de la telebasura utilizan cualquier tema de interés humano, acontecimiento político y social como excusa para la atracción de audiencia. Bajo una apariencia hipócrita de preocupación y denuncia, se regodean con el sufrimiento, con la exhibición gratuita de sentimientos y comportamientos íntimos, buceando en una espiral sin fin para sorprender al espectador. La telebasura cuenta con una serie de ingredientes básicos que la convierten en un factor de desinformación y aculturización. La aparición de personajes sin cultura ni relevancia de interés social, que el único mérito para aparecer en pantalla es haber tenido un hijo con algún famoso, permitiéndose debatir en temas muy complejos con explicaciones simplistas donde abunda la demagogia que, lejos de arrojar luz sobre los problemas, contribuyen a consolidar la idea del “todo vale”; con desprecio total de derechos fundamentales tales como la presunción de inocencia, cuando no se recurre a intervenciones estableciendo “juicios paralelos” apoyándose en testimonios supuestamente verdaderos.

Este fenómeno es más acuciante en las televisiones privadas que emiten en abierto, pues son las que mayores esfuerzos de fidelización de audiencias deben realizar al depender sus ingresos totalmente de los contratos publicitarios que, a su vez, dependen de los índices de audiencia. El verdadero cliente de estas TVs no es el espectador, sino el anunciante. Todo vale para conseguir audiencia. Es significativo comprobar la ausencia de programación infantil en la franja de tarde en cadenas como “Antena3” y “Tele5” que sólo emiten programas de esta índole.

Pero, ¿se deben aplicar medidas para acabar con los contenidos que atentan contra la dignidad de las personas, la ética, la formación y la moral? No soy amigo de prohibiciones que puedan incurrir en una hipotética falta a la libertad de expresión, pero sí combatir todo lo que implique denigrar a las personas. Sólo con la implicación de todos los agentes: poderes públicos, cadenas, anunciantes, espectadores, sin olvidar la responsabilidad de los profesionales de los medios, que sirva para modelar una oferta televisiva distinta, elaborando un código ético de regulación de contenidos, promocionando programas donde imperen tres pilares básicos: Información, formación y entretenimiento, que conduzcan al respeto de valores constitucionales como el derecho a la veracidad, a la intimidad y la dignidad de las personas.


Miguel F. Canser
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lunes, 9 de noviembre de 2009

ANGUSTIOSA ESPERA


Son ya muchos días que dura el secuestro del “Alakrana”. La angustia que sufren los secuestrados y sus familias no puede dilatarse por más tiempo. La preocupación lógica de las familias que ve cómo pasan los días sin llegar a una solución, y el desánimo que ya ha calado hondo en su tripulación por el lento discurrir de las negociaciones diplomáticas, necesitan sin demora una salida que pase, prioritariamente, por el regreso a casa de su tripulación sanos y salvos. Las acciones irrenunciables que, posteriormente, puedan iniciarse para combatir a estos delincuentes , deben quedar relegadas a un segundo término.

Mientras aquí nos enfrascamos en el dilema de si uno de los piratas detenidos unos días es mayor y otros es menor de edad, y nos pasamos todo el tiempo haciendo radiografías a uno de los detenidos, las condiciones de vida en el barco son cada día peor. Estos piratas no son tan benévolos en el trato a los marineros: “Están cada vez más nerviosos, porque toman una droga que se llama ‘Kat’ que les pone muy agresivos; nos someten a amenazas y nos humillan constantemente escupiéndonos a la cara. Ya no tenemos agua y hay veces que nos tiran la comida por la borda”. Son las angustiosas declaraciones del patrón Ricardo Blach. El hecho de que les dejen atender algunas llamadas no es un gesto de humanidad, ni mucho menos; los piratas son conscientes del poder de los medios de comunicación y lo utilizan como una forma de presión.

Lo que en principio parecía un éxito de nuestra armada, se ha convertido en un gran lío porque la detención de dos de los piratas, está suponiendo un serio hándicap para la liberación de los secuestrados. “Ellos siempre quisieron el dinero y a esos dos” –subraya Blach--, y asegura que “cuando los devuelvan y paguemos, nos dejan ir; porque no les vale que sus compinches sean puestos a disposición de las autoridades de Kenia”. Mientras, los buques españoles continúan expectantes, sin que sepamos si pueden asegurar la veracidad del traslado a tierra de tres de los marineros, y su retorno al buque. A la falta de información concreta, se añade la triste situación de Somalia: un país roto y destruido que no se sabe quien manda.

Quizá hayamos perdido mucho tiempo atendiendo a los disparates de la ley del menor, y el absurdo de la consideración legal de la minoría de edad. La consideración de mayor o menor lo debe marcar la magnitud del delito, no quien lo comete. Todos sabemos que una persona de 16 años, es capaz de cometer la mayor atrocidad: (caso de Sandra Palo). Secuestrar un barco no es cosa de niños; por lo que lo perfectamente legal puede convertirse, en la práctica, en una cosa de locos. Pero este es un tema de reflexión que merece una consideración aparte.

Espero y deseo que, cuando este artículo salga a la luz, se haya solucionado lo prioritario de este secuestro: la liberación de los 36 tripulantes del “Alakrana”. No nos queda otra que confiar en los responsables de las negociaciones para su resolución satisfactoria. Ojala se resuelva este conflicto sin lamentar ningún tipo de desgracia personal ni mediante tragedia alguna. Mis mejores deseos para los marineros y sus familias.


Miguel F. Canser
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sábado, 24 de octubre de 2009

AMISTAD

Existen muchas definiciones sobre la amistad. El diccionario de la Real Academia dice se trata de “un afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”; por tanto, es la relación afectiva más común que la mayoría de las personas tenemos en la vida. Nace cuando las personas encuentran inquietudes comunes y hay amistades que nacen a los pocos minutos de relacionarse, y otras, tardan tiempo en hacerlo. Personalmente, la definición que más me agrada es que un amigo es una persona con quien puedes y te atreves a ser tu mismo.

Esto, en los tiempos actuales no suele suceder con frecuencia, porque solemos disfrazar nuestro propio yo, no mostrándonos como verdaderamente somos, enseñando una visión externa estandarizada sobre cómo debemos ser y comportarnos. Es una barrera para conseguir una verdadera amistad; y aunque la vida moderna deja poco tiempo para mantener, perdurar y conservar relaciones de amistad significativas, tengo que agradecer a múltiples personas la influencia positiva que, a través de los años, han marcado mi carácter y, muy pocas, con las que comparto una profunda amistad; porque la verdadera amistad, aunque escasa, dura toda la vida.

La vida no suele darnos todo lo que soñamos. Tenemos defectos y quizá nos avergonzamos que nos conozcan como realmente somos, pero una verdadera amistad se construye sobre los pilares de la verdad. Decía Plutarco: “no necesito amigos que cambien cuando yo cambio, y asientan cuando yo asiento. Mi sombra lo hace mucho mejor”; porque un amigo es aquel que lo sabe todo de ti y, a pesar de ello, te quiere. Y si buscamos un amigo sin defectos, seguramente nos quedaremos sin amigo.

¡Hola!, ¿cómo estás? Son palabras que pronunciamos con mucha frecuencia pero que pocas veces esperamos a oír la contestación. Este es el gran problema de nuestro tiempo. No sabemos escuchar y la gente necesita que se le escuche, que vean que sus preocupaciones nos interesan. El verdadero amigo se prueba en la hora difícil; es aquel que está a tu lado cuando preferiría estar en otra parte. Se les puede llamar en cualquier momento y a cualquier hora. Dicen que “quien tiene un amigo tiene un tesoro”. Ciertamente, porque el tiempo que pasamos con cada amigo es lo que nos hace importantes a nosotros y a ellos; porque la amistad se construye poco a poco, a pedacitos de tiempo que vivimos con cada persona. Con los amigos nunca se llega a perder el tiempo.

Al contrario que la familia, a los amigos los elegimos nosotros y si te equivocas siempre se tiene la opción de poder rectificar. Seguramente nos llevaremos muchas decepciones, pero un amigo de verdad siempre nos dirá las cosas desagradables a la cara, mientras que el enemigo las dirá a nuestras espaldas. Somos responsables de lo que cosechamos., aprendamos a cosechar una sana amistad.


Miguel F. Canser
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domingo, 18 de octubre de 2009

¿ACUERDO, O COMPRA?

El Gobierno ha conseguido sacar adelante los Presupuestos para 2010 procurándose los votos de PNV y Coalición Canaria, a base de concederles unas prebendas económicas satisfactorias. Estos presupuestos que han sido criticados desde todos los grupos políticos manifestando su ineficacia, salen adelante por el apoyo de dos autonomías que el Gobierno ha “maltratado” últimamente.

En Euskadi el PSOE se alía con el PP y deja fuera del gobierno al partido más votado: PNV, que se rasga las vestiduras, pero que no se sonroja al apoyar unos presupuestos que ni les van ni les vienen, porque gozan de un concierto económico y una independencia fiscal aparte. Eso sí, pone 3 condiciones: el blindaje del concierto económico, la devolución del IVA a la Diputación de Álava, y el compromiso de ser informado sobre las decisiones del traspaso a Euskadi de las políticas de empleo. Canarias, que tiene una tasa de paro el doble que la mayoría de España, el compromiso es que se embolsa la cifra de 25.000 millones en 10 años sin concretar dónde se destinarán.

El nacionalismo, que reclama independencia (legítimo, por cierto) es como los hijos que quieren independizarse pero con el dinero de los papis. No hacen más que protestar en casa, pero no se atreven a salir de ella, porque si no, ni papá ni mamá les pagarán sus gastos. Se trata de un “chantaje” permanente que pagamos los de siempre. Lo que da grima es que Euskadi tenga un sistema fiscal propio, que reduce notablemente su aportación a la caja común del Estado, y sin embargo, puedan decidir sobre dónde, cómo y en qué, debemos gastarnos el resto de los españoles nuestro dinero. No es un acuerdo, sino una compra de votos que el gobierno de turno siempre se presta para sacar adelante sus proyectos. Es, en definitiva, una insolidaridad con el resto de España pues este apoyo se presta para cubrir necesidades parcelarias, obviando otras de interés general.

Los presupuestos aumentan el gasto público elevando la deuda al 62,50% del PIB superando el máximo permitido por la U.E. Se deja, por ejemplo, a los ayuntamientos sin financiación reduciendo su dotación presupuestaria, lo que pone en riesgo servicios sociales como la atención a dependientes, guarderías, comedores sociales y escolares, y otras labores que los ayuntamientos desempeñan a pesar de no ser de su estricta competencia. Más importante es devolver el IVA a Álava.

Gobierno y oposición se empeñan en una batalla campal donde sólo priman los intereses propios para no perder cuota de poder, sin dedicarse a la tarea que los ciudadanos les han encomendado. ¿Para cuándo un pacto de estado entre las dos principales fuerzas políticas? Los ciudadanos los hemos votado para que solucionen los problemas del país, para que unan su esfuerzo en común y busquen una solución a esta complicadísima crisis; aparquen sus diferencias y ambición de poder, y pónganse a trabajar por el bienestar común de todos. Dejen de mirarse el ombligo, de criticar y desprestigiar al contrario; sólo así saldremos ganando todos.


Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com

domingo, 4 de octubre de 2009

¡¡POLÍTICA DE IZQUIERDAS, SÍ SEÑOR!!

Recientemente hemos conocido la reforma que el Gobierno ha decidido hacer para sufragar la falta de recaudación, modificando dos tipos de IVA, las rentas de capital, y alguna tímida rebaja fiscal para las PYMES, sin olvidar la supresión de los 400.-€ que, curiosamente, es la medida más cuantiosa de recaudación de esta reforma (5.700 millones de euros).

Existen 3 tipos de IVA:

El 4.-% que se aplica a productos llamados de primera necesidad: Pan, leche, huevos, frutas, verduras, cereales, quesos, libros de texto, medicamentos, viviendas de VPO, prensa, etc.

El 8.-% (antes 7%) que considera a todos los alimentos no incluidos en el tramo del 4%, más transporte, hostelería, espectáculos, peluquerías, dentistas, agua y vivienda, etc.

El 18.-% (antes 16%) por citar algunos: luz, gas, teléfono, ropa, calzado, electrodomésticos, tabaco, etc.

Visto esto, ¿ustedes creen que la luz, el gas, la ropa, el calzado y el teléfono, no son artículos básicos de primera necesidad?, ¿por qué no figuran en el tramo del 4%? Independientemente de que elevar este impuesto ligado al consumo en plena recesión, se logra que éste se deprima aún más, y aunque el mensaje político apuntaba a los más acaudalados, el IVA, al ser un impuesto indirecto, que se aplica independientemente de los ingresos, el impacto es mayor para las rentas menores; así, el pan y la leche, por ejemplo, cuestan lo mismo al “pobre” que al “rico”. (¡¡Política de izquierdas, sí señor!!).

La reforma también afecta a las rentas de capital. Los rendimientos de ahorro inferiores a 6.000.- € (94% de los contribuyentes), tributarán al 19% (antes 18%). La subida será más pronunciada, del 21%, para quienes declaren rendimientos mayores de esa cantidad; por lo que esta alza fiscal no afecta a los más ricos. De hecho, las grandes fortunas canalizan sus inversiones a través de Sociedades de Inversión Variable (SICAV) que gozan de la ventaja de tributar (esto no se ha modificado) al 1% en el Impuesto de Sociedades; mientras las Pymes y autónomos pagarán el 20% si cumplen algunos requisitos. Para constituir una Sicav se necesita un capital mínimo de 2,4 millones de euros (¡¡Política de izquierdas, sí señor!!).

Una de las principales críticas a este sistema es que las rentas del trabajo soportan mayor carga fiscal que las del capital. Un ejemplo: alguien que tenga un sueldo de 60.000 euros al año, pagará más a Hacienda que si esa cantidad los obtiene exclusivamente especulando en Bolsa.

Para generar incentivos positivos para la economía y regenerar la inversión y el empleo, no es a base de subir impuestos de forma indirecta. Ya son muchas las voces que lo dicen. Falta imaginación, y el F.M.I. advierte: “nosotros hubiéramos puesto más énfasis en los recortes de gastos”.

Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com

jueves, 24 de septiembre de 2009

MENTIR EN POLÍTICA

La visión que tiene el ciudadano de a pie sobre nuestra clase política, es decepcionante. El distanciamiento y el descrédito que parece existir entre unos y otros es cada vez más evidente. Vivimos en una sociedad resignada, desesperanzada y carente de motivaciones. El ciudadano cada día recela más y se fía menos de las promesas que hacen los políticos, porque se fabrican un mundo exclusivo para ellos: se fijan sus sueldos con independencia de la situación económica de sus conciudadanos; sus derechos de recibir pensiones es la mitad exigente que para cualquier trabajador y viven en su mundo, con sus estadísticas sobre el pulso social en otra dimensión, muy alejados de la realidad de la calle. Además, es notoria la creencia generalizada de que nos mienten casi siempre, que dicen siempre lo políticamente correcto, pero que su verdadera intención es otra.

Dicen que fabricar mentiras es labor diaria del creador de imagen; hacernos creer queun detergente quita todas las manchas sin esfuerzo es su trabajo, aunque no sea verdad. Los partidos políticos contratan a equipos publicitarios para dar credibilidad a cualquier argumento, promesa electoral, etc. Su esfuerzo consiste en que el receptor se identifique con el discurso del emisor y una vez conseguido este propósito, la mentira política se reproduce socialmente; así, una mayoría social está satisfecha y sus dudas e incertidumbres desaparecen.

Descalificar un buen nombre bajo la acusación de corrupto no requiere mucho esfuerzo. Lanzar un rumor y posteriormente divulgarlo tampoco es complejo. Todo vale y no existe código ético. Se pasan todo el día desmintiendo y contraatacando. Sin embargo, la fabricación de la mentira en política, está obligada a superar la prueba del tiempo; debe perdurar, no puede tener vida efímera pues perdería legitimidad. La necesidad de creerse la mentira forma parte de la trama. Es necesario repetir, de manera consistente, el argumento hasta lograr el objetivo.

La mentira política, responde a una voluntad consciente, deliberada, de ocultar datos y pruebas; sobre todo si debilita al enemigo: gobierno, oposición, grupo de presión, etc. Ejemplos de lo dicho: el falaz argumento, esgrimido por el “trío de Las Azores”, de posesión de armas de destrucción masiva en manos de Sadam Husein en Irak. La manipulación, a la hora de informar, sobre la autoría del atentado de la estación de Atocha del 11 de marzo de 2004. Convencer a la población española y mundial de que había sido ETA, permitía una rentabilidad política en momentos de elecciones generales. Ignorar, antes de la elecciones generales de marzo de 2008, e intentar convencer, incluso prometer un desarrollo económico importante, cuando realmente se avecinaba una crisis profundísima a nivel mundial, denota la dignidad política del Sr. Zapatero. Si me dicen que no sabían lo que se nos venía encima, peor por su falta de previsión y su incapacidad; prohibir entre sus allegados, pronunciar la palabra crisis utilizando otras de gran equilibro imaginativo, para no desdecirse del discurso anterior.

La verdad, identificarse hoy con las medidas económicas y el discurso del Sr. Zapatero es sinónimo de falta de cultura, formación y criterio propio. Sus mensajes no se sostienen y van destinados a regalar los oídos de sus incondicionales. Los sindicatos, llamados de clase, que viven del cuento y de las subvenciones, estarían en la situación actual, de huelga permanente. En Francia, con un paro del 9%, le montaron a Sarkozy una huelga general. Está claro que el mal se interpreta de distinta manera, dependiendo de donde venga. Recientemente ha dicho: “hemos sabido decir no a los poderosos”. ¿A quienes a dicho no?, ¿cuándo?, ¿dónde? Me gustaría que diera algunos nombres y ejemplos. Que yo sepa, ayudó a los poderosos (bancos). ¿Acaso la mentira es impune en política? ¿Hasta cuándo? Reconozco que, personalmente, del desconcierto paso a la carcajada.

La mentira mata la verdad, mina las relaciones humanas y la dignidad de las personas. Los políticos y el Estado, no deben tener reglas morales distintas a las de la ciudadanía. Un proverbio chino dice: “La primera vez que me engañes, la culpa será tuya, la segunda será mía”. A buen entendedor…….

Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com

viernes, 14 de agosto de 2009

E N V I D I A



La envidia, al contrario que otras cosas, no ha evolucionado mucho, sigue inalterable a través de los siglos y se basa en una tristeza ante el bien ajeno, el afán de dominio, de protagonismo y de superación a otro, pues hace sentir continuamente la necesidad de aquello que el otro tiene, -- no sólo bienes materiales, también éxito, inteligencia, forma de ser y actuar, etc. —y la impotencia de lograrlo. La envidia es la madre del resentimiento, que no busca que a uno le vaya mejor, sino que al envidiado le vaya peor.

Este pecado capital alcanza su fecundación entre las personas más próximas; dándose preferentemente entre hermanos y familia más directa (todos conocemos la historia de Caín y Abel); y su origen la podemos encontrar en: complejos, frustraciones, impotencia, etc. El envidioso es una persona carente de atributos. No sólo anhela lo que tiene el otro, sino que el atributo que el envidiado posee, lo debiera poseer él, y, es más, puede declarar que incluso lo posee pero que, injustificadamente no se le reconoce.

A menudo la envidia, que conduce al odio, y a la ira, se disfraza con una careta sonriente y su lengua se expresa en tono amistoso, rozando la adulación, mientras el corazón está lleno de resentimiento. Asume un papel virtual y ficticio ante los demás. Suele ser un gran mentiroso que proyecta hacia los demás lo que le gustaría que pensaran de él, pero es un celoso guardián de su verdadero yo. La vida de la persona envidiosa no gira sobre su propia realidad, sino sobre lo que desearía, sobre lo que no tiene, sobre lo que le falta.

Este hecho es uno de los más potentes causantes de que sea un infeliz, porque aquel que envidia, no sólo sucumbe a la infelicidad que le produce su envidia, sino que además, alimenta el deseo de producir el mal de otros; y revela una deficiencia de la persona pues no reconoce que es envidioso. No asume ante los demás, ni siquiera ante sí mismo, que la padece. Su discurso es permanentemente crítico hacia el envidiado y suele intentar convencer que él es la víctima de todo. Rara vez este hecho llega a ser útil, pues la descalificación de la imagen del envidiado, resulta ser, a la larga, un fracaso total. Es una cobardía propia de los débiles. Cuanto más bondadosamente tratamos a quien nos odia, más armas le damos para que nos traicione. Ya lo dijo “El Quijote”: “¡Nos ladran Sancho!, señal que avanzamos". Detrás de la envidia se esconde un sentimiento de inferioridad e inseguridad, una incapacidad de reconocer y asumir las limitaciones personales, e incapacidad de sentir empatía (ponerse en lugar del otro).

El arma contra la envidia: LA VERDAD. Aprender a dar y pedir ayuda, a colaborar y compartir. Asumir que somos lo que somos e intentar mejorar. El único punto de referencia de superación somos nosotros mismos. No necesitamos compararnos con nadie.

Miguel F. Canser
www.cansermiguel@blogspot.com

sábado, 1 de agosto de 2009

SANIDAD Y POLÍTICA


Hace días coincidí con un amigo y vecino a quien encontré contrariado; cuando le pregunté a qué era debido, me dijo que su médico le había dado un volante “preferente” para un especialista, y la cita se la habían dado para más de un mes. Posiblemente existan otros casos más relevantes, pero todos conocemos las demoras de nuestra sanidad pública, y el empeoramiento creciente de su funcionamiento; y aunque ahora sea competencia de las distintas Comunidades Autónomas, su deterioro es cada vez más acuciante y no se ven signos de recuperación. Pero, ¿a qué es debido?

Los colectivos profesionales cifran en 3.200 el déficit de médicos y en 150.000 el de enfermeras; sus salarios son de 2 a 3 veces inferiores a los de otros países europeos. El colegio de médicos denuncia el aumento de los contratos basura; en algunas comunidades, como Madrid, se hacen contratos muy cortos, algunos de unos días o para unas guardias. Muchos se van a la sanidad privada donde les ofrecen mejores condiciones; según el Consejo General de enfermería, las españolas perciben una media de 2.l00.-€, mientras que en Reino Unido o Irlanda, el salario neto mensual es de 4.000 y 3.000.-€. Los profesionales de la sanidad no dan abasto; los especialistas se las ven y se las desean para meter a sus pacientes en las listas para hacerse una prueba, antes de que sea demasiado tarde. Los médicos de atención primaria apenas tienen 5 minutos para atender a cada paciente; los de Suecia, por ejemplo, disponen de 35 minutos. Los salarios, la estabilidad laboral y la calidad de su formación explican que muchos médicos y enfermeras acaben ejerciendo en el extranjero.

No todo es negativo en nuestra sanidad. En ningún otro país del mundo existe una cobertura sanitaria gratuita tan amplia como la española; la cartera de servicios es de las más generosas que existen; sólo quedan fuera la mayoría de tratamientos dentales y el podólogo. Eso hace que muchos jubilados europeos opten por vivir de forma estacional en España; sin contar a los residentes no europeos.

Un día, esperando en una consulta, fui testigo de esta conversación:
--Soy hondureño, mis hijos me trajeron aquí para operarme, porque en mi país, no tenía dinero para hacerlo, y fue llegar aquí, me ingresaron de urgencia y me operaron sin problemas. ¡¡Esto es fabuloso, y además, gratis!!

-- No se confunda señor, -contestó el de al lado- no es gratis, lo pagamos todos con nuestros impuestos—.


El problema es que faltan médicos y además, están mal distribuidos y mal pagados. Sólo el 54% de los médicos trabaja en la sanidad pública. Las administraciones actuales y los nuevos modelos de gestión se han mostrado ineficaces; de nada sirve hacer nuevos hospitales, si éstos se encuentran infrautilizados por escasez de medios humanos. Los gestores políticos, enquistados en su ideología (la que sea en cada caso), miran más a la cuenta de explotación, que a la calidad de servicio. No existe nada más contraproducente que una sanidad que dependa de los beneficios. El personal médico debe ser el principal protagonista de la sanidad; es él quien debe marcar los tiempos, la organización asistencial y hospitalaria, y no los gestores ajenos a la actividad; cada uno debe dedicarse a organizar lo que sabe.

Los servicios públicos nunca deben ser un negocio. ¿Por qué no se escatiman recursos para Hacienda o para Tráfico?, ¿quizá porque son rentables? En el lado opuesto están la Sanidad y, por ejemplo, la Justicia. Hasta que los responsables políticos no se dediquen, con auténtica vocación de servicio al ciudadano, a solucionar los problemas que verdaderamente preocupan a la población, seguiremos con las mismas carencias.

Es difícil crear ideas y fácil crear palabras; de ahí el éxito de los políticos.


Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com

lunes, 25 de mayo de 2009

IMPLICACIÓN LIMITADA

Existen temas candentes que ocupan un gran protagonismo en todos los medios de comunicación. En su día fue la desaparición del niño canario Jeremy, el espectáculo mediático que se originó por la desaparición de la niña británica Madeleine y, relativamente reciente, el caso de la adolescente Marta del Castillo. En definitiva, en España existen unos 200 expedientes sin cerrar de desaparición de menores.

Hace unos días, el Juez titular del Juzgado de Instrucción nº. 4 de Sevilla, dejó en libertad a uno de los implicados en el caso de Marta del Castillo, concretamente al hermano del asesino confeso Miguel Carcaño, porque “la posición del implicado no fue predominante en los hechos, y su participación en los mismos tiene una menor entidad que el resto de los imputados”, y no hay riesgo de que, al quedar en libertad, pudiera manipular, alterar u ocultar pruebas. Le concede la libertad por su “implicación limitada”. Este mismo juez, y luego la Audiencia Provincial rechazaron, hace un mes escaso, una primera petición de libertad.

Este hombre, que es vigilante jurado de profesión, en su día negó ante la policía y ante el juez, haber conocido el crimen de Marta, incluso haber participado en la limpieza del piso; como también es vehemente la tomadura de pelo que los implicados están dando en sus declaraciones, tanto al juez como a la policía, sobre el paradero del cuerpo de Marta; por lo que, a pesar del tiempo transcurrido, aún no se sabe dónde se encuentra. Y si el cuerpo no aparece, las penas para todos se reducirán ostensiblemente.

Lo cierto es que, al día de hoy, a Marta ya no la busca nadie. Los implicados se burlan de la Justicia y no hay forma que declaren la verdad; quizá porque no les interesa que aparezca y así ganan tiempo que corre a su favor. El mercadeo morboso de algunos medios de comunicación se apacigua, crecen otras noticias que llenan los espacios, y “su tema” va quedando atrás.

He de confesar la indignación que me produce este hecho, y la primera pregunta que me viene a la mente es: ¿Qué hay que hacer en este País para merecer la cárcel? ¿Se hubieran desarrollado los hechos de igual forma si se tratara, por ejemplo, de la hija del Presidente del Congreso, del Gobierno, o de cualquier personalidad relevante de nuestro País? La verdad es que tengo mis dudas. Vivimos un clima moral donde se banalizan los efectos que producen los hechos.

Estoy convencido que, aunque a veces nos cueste digerir algunas sentencias judiciales, los jueces se limitan a aplicar la ley; una ley que confeccionan nuestros políticos con desigual acierto. Como bien dice el padre de Marta del Castillo: “Al final, mi hija va a ser la culpable de todo”.

Miguel F. Canser
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sábado, 7 de febrero de 2009

FELICIDAD Y DINERO

A través de la historia el dinero ha tenido un protagonismo preferente en la vida humana; la salud, la educación, el trabajo, las relaciones personales, etc., están cada vez más influenciados por el factor dinero. Todos sabemos el famoso dicho de: “El dinero no da la felicidad”, pero, ¿es totalmente cierto?

La mayoría de los humanos pensamos que no es del todo cierto, porque la ausencia de dinero no te permite sustentar un mínimo de estabilidad personal para ser feliz; aunque también sabemos que, poseer mucho dinero, no es sinónimo de felicidad. Entonces, ¿cómo se mide la felicidad?, ¿cómo soy yo de feliz?

El dinero ejerce una profunda influencia emocional sobre lo que somos: (tanto tienes tanto vales), y está ligado a la consecución de una vida ideal pero, sin embargo, es la raíz de todas nuestras frustraciones, ejerciendo un profundo impacto en el desarrollo de la sociedad. El dinero es quien crea nuestras necesidades y además las condiciona. Sufrimos alteraciones por el dinero y de él dependen nuestra tranquilidad y nuestro futuro. La expresión máxima del materialismo es el dinero y su sentido es el consumismo con una meta terrorífica: El poder.

Es evidente que, en los países ricos, se es más feliz que en los pobres, pero una vez escuché: “Mis hijos tienen todas las videoconsolas y no son más felices de lo que era mi padre, que jugaba con una cuerda y una caja de cartón en la calle”. La felicidad no es exterior, sino interior. No depende de lo que tenemos, sino de lo que somos. Lo mejor de la vida no tiene precio y es gratis: La caricia de un ser querido, admirar una obra de arte, los colores del otoño, etc.

Nuestra conducta individual se mueve por el surco que la humanidad ha dibujado a través de los tiempos. Nuestras normas de conducta se traducen en hábitos implantados por personas que, indirectamente, han influido e influyen diariamente en nuestra vida.

Para ser felices necesitamos ser, primordialmente, sinceros, honestos y consecuentes con nosotros mismos. La persona feliz es cordial y optimista; posee un profundo sentido ético y goza de una alta autoestima. La gente feliz no es egoísta, tiende a ser más cooperativista y estar más centrado en los demás. La antitesis del egoísmo es el amor. Quien ama puede sufrir, pero está satisfecho y feliz por lo que siente. Quien es incapaz de amar, aunque posea mucho dinero, no podrá ser feliz nunca.



Miguel F. Canser
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