miércoles, 29 de marzo de 2023

LACAYOS DE LA POLÍTICA

En poco más de una década, se ha devaluado el prestigio de las instituciones y de sus actores políticos; ha cambiado la tipología del sistema de partidos, que ha pasado de un bipartidismo imperfecto, a un multipartidismo polarizado y se ha transformado, para peor, la manera en que los jóvenes definen y proyectan sus expectativas socioeconómicas a medio plazo.        Pero esta década ha sido de una gran complejidad política. Hemos sufrido una crisis económica, otra territorial y otra de carácter sociopolítico. A raíz de ello, en el mapa político español se han sucedido conflictos internos en los partidos tradicionales, aparición de nuevas formaciones, un proceso de judicialización política y, finalmente, un descenso social en bloque que ha supuesto el empobrecimiento de un sector de la ciudadanía, a través del incremento del desempleo y la precarización laboral, con una especial afectación a las generaciones más jóvenes.

 

         Y es que en política, no debería valer todo. Los casos de corrupción son tan frecuentes, que parece nos estamos acostumbrando a que existan. La falta de responsabilidad es tan grande que al que roba, no sólo no devuelve lo robado, sino que no le sucede nada. Si un político está juzgado y condenado a años de prisión, y argumenta que está enfermo, no entra en la cárcel. ¿Acaso no existen en prisión medios necesarios para administrar un tratamiento adecuado? Todo el mundo sabe que los políticos son una casta aparte, tienen otro status. Incluso se hacen leyes exclusivas para ellos; véase las derogaciones de los delitos de sedición y malversación por ejemplo. El descrédito, para la gente de a pie, es tan evidente que ya no nos asombra nada de lo que pueda ocurrir.

 

         La política actual ha dejado de ser representativa de la voluntad popular. No hay más que fijarse en el desarrollo de las sesiones del Congreso. No se debaten leyes en libertad. Cada diputado está condicionado a apretar el botón del “sí”, el “no” o la “abstención”, según lo dicte su líder. Son lacayos del partido que les han puesto en las listas; por no mencionar los excesivos “Decretos ley” que se han celebrado en el hemiciclo, parcheando problemas de calado que no solucionan su imperfección en origen. Además este tipo de procedimiento, realizado a menudo con tanta urgencia, suele estar mal hecho y eso hace que se modifiquen sobre la marcha.

 

         A poco más de dos meses de las elecciones autonómicas que, sin duda alguna, serán un termómetro que nos marque lo que pasará en las elecciones generales de octubre, mucha gente se estará preguntando a quién destinará su voto. Todo el mundo sabe que a los distintos partidos y sus candidatos, sólo les preocupa su futuro político; es decir, si van a seguir contando con el cómodo y beneficioso puesto que les permita seguir siendo diputado en cualquiera de las CCAA o en el Congreso de los leones. Todas las trifulcas y disputas entre ellos, incluso del mismo partido, se deben a una lucha de poder, de estar colocados en las listas. Por ejemplo las diferencias entre Podemos y Sumar de Yolanda Díaz, es simplemente eso, ver quién figura como número dos, tres, cuatro, etc. Lo más curioso es que me temo que, pese a quien pese, van a acabar pagando justos o menos justos por pecadores evidentes. En el caso de PODEMOS, pagarán todos los adictos “al coletas” por sus constantes vaivenes y cambios de opinión en nuestra política. Y los esfuerzos de Yolanda Díaz con su SUMAR, que pretende desmarcarse total y absolutamente de su promotor inicial, sin estar contaminada por los múltiples errores y consecutivos de su padrino original.

 

         Ignoro el resultado en las próximas convocatorias electorales, pero estoy seguro que los errores de calado producidos durante la actual legislatura, pasarán factura a sus protagonistas. El PSOE no será una excepción: las promesas de no pactar y luego pactó, las ya enumeradas leyes de sedición y malversación, la chapuza de la Ley del “sí sólo es sí”, la corrupción de los ERES en Andalucía, el peaje pagado a los socios de investidura (ERC y BILDU). El gobierno de Pedro Sánchez ha tenido que afrontar un cúmulo de retos como pocos: Una pandemia con miles de muertos y enfermos, la paralización de la actividad para frenar los contagios, sin olvidar la tormenta Filomena, la erupción del volcán en la Palma, los devastadores precios de la luz y el gas y aún hoy, los delirantes precios de los alimentos básicos que traen de cabeza a los consumidores. Y es que el PSOE no tiene socios sólo vasallos: lacayos a precio de oro. Pedro Sánchez, aparte de sus constantes cambios de opinión y mentiras, es un presidente atado de pies y manos por sus socios de gobierno y de investidura sin poder cesar, como seguramente sería su deseo, a más uno/a.

 

         Las encuestan dicen que el PP ganará las elecciones pero, con toda seguridad, necesitará los votos de VOX para poder gobernar. Veremos. El Gobierno, llamado a sí mismo progresista, ha criticado esta alianza olvidándose con quién pactó él. El resultado será, como siempre, lo que dictamine con su voto esa mayoría silenciosa, que no da guerra, que no se manifiesta, pero que decide. Nos vemos en las urnas.

 

Miguel F. Canser

 

 

 

 


martes, 7 de marzo de 2023

MEDIOCRIDAD


 Mediocre significa de poco mérito, tirando a malo. La persona mediocre suele ocultar que los demás sepan que lo es. Actúan en la vida tomando decisiones con el propósito de agradar al resto, por temor a perder el afecto de las personas que les rodean. Viven con la ilusión de que lo importante es sólo el ahora y, por lo tanto, se comportan de manera dispersa en sus asuntos relevantes. Recurren permanentemente a las excusas para explicar los fracasos, sin hacerse cargo de la responsabilidad por los resultados que generan en la vida. Se quejan literalmente por todo y sienten que la vida les juega permanentemente malas pasadas. Es el victimismo de siempre. En sus trabajos hacen lo justo y necesario, no se esfuerzan nada adicionalmente por hacerlo con entusiasmo y mejor. No suelen generar una conexión emocional con los demás. Dicen que la vida es injusta con ellos, y están esperando la ayuda de los demás para resolver sus problemas. Y, lo que es peor, alimentan y generan la envidia cuando alguien triunfa y no han sido ellos.

 

         La mediocridad en la clase política se percibe como un lastre que limita las potencialidades de un país que se ha modernizado en todos sus ámbitos. Son muchas las voces que señalan que, efectivamente, debería incorporar las virtudes y buen hacer de otros colectivos. El enorme embrollo que acompaña la conformación de una mayoría parlamentaria, alimenta la sensación de que la política se ha convertido en un reducto de mediocres. Desde hace años, los ciudadanos españoles perciben a los partidos políticos como uno de los mayores problemas. El desafecto ciudadano es ya una realidad extraordinaria. Me pregunto hasta qué punto puede resultar cierto que, en una sociedad abierta, un colectivo como el político, se convierta en una especie de isla de mediocridad, rodeada de otros espacios en los que luce la excelencia.

 

              A la política deben llegar los más preparados porque de sus decisiones o de la redacción de las leyes, dependemos el resto de ciudadanos. Si hoy tuviéramos que plasmar el curriculum de la mayoría de los miembros del Gobierno y muchos de los políticos, nos sobraría la mitad de una cuartilla y nos limitaríamos a una licenciatura en lo que fuere, un doctorado a cualquier precio, unos estudios universitarios no finalizados o no iniciados, y en algunos casos ni siquiera el bachiller. Ser político hoy se ha convertido en una una carrera de avispados. Hoy la democracia está en crisis, esa democracia que siempre se consideró como la participación del pueblo en las tareas del estado; no es la democracia que pretendían Platón y Aristóteles que debería ser el gobierno de los mejores. Hoy fabricamos en tiempo récord un líder y lo lanzamos a la plaza y a la calle, lo llevamos a la televisión, a la prensa y, en poco tiempo, sacamos del anonimato a alguien y lo hacemos famoso y atractivo como se puede “lanzar” una canción o un intérprete.

 

         Hoy día, en España, no hay una cultura democrática, nos dejamos llevar por impulsos y nos dejamos arrastrar aún por la historia, por una guerra civil, creando nuevos hooligans, herederos de un fanatismo que hay que votar a determinado partido político sí o sí, aunque sus dirigentes sean unos inútiles. No somos críticos y aún estamos mediatizados por acontecimientos, revanchas, odios y venganzas. En este país se está más pensando en un gobierno que nos de subvenciones y que nos dé una renta para vivir. No estamos pensando en prepararnos para afrontar el reto de un trabajo, no. Hay una inmensa mayoría de ciudadanos que sólo están pensando en vivir sin trabajar. No pensamos en el bienestar o en el futuro del país, estando buscando el bienestar propio sin esfuerzo y sin trabajo.

 

         El político mediocre promociona e impulsa este sistema. Se acaba de reformar la ley sobre los delitos de sedición, malversación y de bienestar animal que han supuesto un encendido debate y han resultado ser de una constante polémica. Permanecer en el poder, lo perdona todo. El Estado es tan grueso y seboso, que no puede financiarse sin esquilmar a ciudadanos y empresas y sin endeudarse de manera suicida. Más de 600.000 políticos viven, directa e indirectamente, de los presupuestos públicos y cientos de instituciones que dedican más de la mitad de sus presupuestos, a pagar las abultadas nóminas.

 

         La clase política española, tanto la derecha como la izquierda, y los nacionalismos parásitos y chantajistas que les venden sus votos para gobernar, se han convertido en centros de colocaciones y dispensadores de lujos y privilegios, todo pagado por el contribuyente que, comparativamente, es el más expoliado de Europa, y uno de los más esquilmados del planeta. Una de las mayores pruebas de mediocridad es no acertar a reconocer los errores propios ni la superioridad de otros, dando paso a la soberbia y la falta de humildad. Lo que importa es el poder, sin más.

 

Miguel F. Canser

 

 

 

 

 

domingo, 5 de febrero de 2023

FANATISMO Y PRIVACIDAD

 

FANATISMO


El fanatismo político es el apasionamiento de una persona que defiende con tenacidad desmedida y ciegamente sus creencias u opiniones políticas, suponiendo una adhesión incondicional a una causa; produciendo en el fanático un comportamiento considerado, en algunos casos, violento e irracional pues está convencido de que sus ideas son las mejores y las únicas válidas, menospreciando las opiniones de los demás, aunque éstas estén en lo correcto. Por tanto, el fanatismo se identifica por el deseo de imponer sus propias ideas y despreciar a quienes son diferentes. Basarse en una serie de pensamientos que son incuestionables, tener una visión sesgada de las cosas donde todo es blanco o negro, y carecer por completo de todo espíritu crítico, eso es el pensamiento único. Decía Winston Churchill que “un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema”.


Este tipo de pensamiento es patrimonio de sistemas autoritarios y dictatoriales, que cuando llegan al poder político, suelen desarrollar todo un régimen para la imposición de sus creencias, castigando a los opositores, buscando eliminar cualquier tipo de reflexión, porque donde no existe reflexión, tampoco hay contradicción. En tiempos electorales este fenómeno es bien común, reflejado en la preferencia de líderes políticos en tener fanáticos y no compañeros, pues los primeros confunden lealtad con sumisión, convicción con creencia, poder relativo con poder absoluto, tolerancia con debilidad, flexibilidad con blandura, paciencia con inoperancia y entereza e integridad con fanatismo. Son los mismos que alababan a Hitler, Mussolini, a Pinochet o a Franco. Prefieren el orden antes que la justicia. Cuando escucho a ciertos políticos tengo la sensación que me quieren manipular; muy diferente a cuando hablo y escucho alguna conversación con un amigo, un familiar. No podemos sorprendernos porque intentan meterse en nuestras vidas. La verdad absolutamente cierta nadie la tiene, y cada cual tenemos nuestros sesgos ideológicos y cognitivos, pero, en cualquier caso, intentamos trasladarnos con honestidad.


PRIVACIDAD


Cuando damos nuestro permiso para que algunas aplicaciones sepan nuestra ubicación, estamos permitiendo que sepan dónde estamos, qué sitios frecuentamos, donde compramos, etc. Ya existen empresas que son capaces de, aparte de facilitar nuestra ubicación, saber las tiendas que estamos visitando, lo que nos atrae de ellas, el tiempo que permanecemos en ella para así, averiguar qué es lo que nos interesa y, a la postre, poder ofrecernos esos productos. Lo saben todo, y esos datos, luego se venden a personas que quieren abrir un negocio (gimnasio, fisioterapia, etc.) y les dicen dónde es el sitio más apropiado y dónde existe más demanda del producto que se desea vender. Uno puede pensar: ¿para qué quieren mis datos si soy un particular que no interesa a nadie? Precisamente por eso los datos se extrapolan colectivamente. Se fijan en los grandes almacenes, si te fijas o te interesa algo en especial, si te atrae más algún tipo de música. Todo se utiliza con fines comerciales, pero también con fines políticos; porque sabiendo perfectamente lo que más impera en un barrio concreto, se buzoneará información del partido político adecuado para “animar” al voto. Es la máxima expresión del control vital.


Cuando protestas y te rebelas, te dicen que con esos datos tuyos “no van a hacer nada malo” y que “va a ser mejor para tu seguridad”. Bueno, ofrecen seguridad en detrimento de libertad individual y falta de privacidad. Ya no te digo si, además, utilizamos una tarjeta de crédito para pagar: saben dónde compramos y qué compramos. Nada se hace gratis, Los censos, históricamente, se hacían para saber cuántos ciudadanos había y poder satisfacer sus necesidades; ahora, aparte de saber cuántos somos es, primordialmente, para pagar impuestos. El cambio es totalmente radical. Está dirigido al control total y absoluto de la sociedad.


Las grandes plataformas como Google y compañías de servicio y suministros, ya están utilizando la inteligencia artificial. Cuando solicitan su atención, casi nunca conectas con una persona humana al principio. Nos dirigen por donde ellos quieren. Intentan habituarnos a que la inteligencia artificial prenda totalmente en nuestras vidas. Existe el caso en EEUU de un abogado que ya es inteligencia artificial; incluso jueces en China que, para los casos más rutinarios, también son inteligencias artificiales. Es ir metiéndose poco a poco en nuestras vidas para que lo veamos como una cosa normal, y una vez que nos hemos acostumbrado, lo veremos lo más normal del mundo. Se intenta, en definitiva, que no te molestes, que las cosas no te cuesten esfuerzos, y lo que es peor: que no pienses, “ya lo hacemos nosotros por ti”. Esto lo desarrollan los grandes magnates de la tecnología, las élites que no son hermanitas de la caridad porque pretenden ejercer un control social de otra forma sobre nosotros, sin que nos demos cuenta de esa manipulación.


Ya se están dando casos, subliminalmente, si debemos comer esto o lo otro por el bien del planeta (que sí que es un problema), cuándo debemos acudir al médico y cuándo no. Nos hablan del consumo responsable. Hemos visto los menús que se han dado en la reciente cumbre de Davos, y no han sido precisamente a base del escarabajo pelotero ni otros insectos, nada de eso, Las buenas carnes y los mejores pescados han estado presente. Nos dicen que nosotros tenemos que poner remedio a esto del cambio climático, pero también la cantidad de vuelos privados que surcan el cielo, o la cantidad de coches oficiales con toda la parafernalia de seguridad que circulan a diario, ¿no? Nos piden que utilicemos la bicicleta, pero ellos van a su trabajo en coche oficial. ¿Han visto ustedes a algún diputado, alcalde o concejal ir en bici a trabajar? Yo no. Quizá haya alguno.


Miguel F. Canser

www.cansermiguel.blogspot.com




domingo, 1 de enero de 2023

CARRIL BICI SÍ, CARRIL BICI NO

La polémica está servida. Nuestra ciudad está experimentando –de facto ya es un hecho-- una modificación importante en su devenir diario. Los nuevos carriles bici segregados, han dividido a las fuerzas políticas de Rivas Vaciamadrid. Mientras unos los defienden como avances en el camino hacia una ciudad más sostenible, otros los consideran problemáticos e innecesarios. Y es que, se ha hecho todo tan rápido, tan deprisa, prácticamente sin avisar, que a todos nos ha pillado a “traición”. Es interesante comprobar que, cuando se tiene intención de hacer algo, se puede hacer de forma inmediata. Y es, igualmente ejemplarizante, comprobar la rápida disposición de los recursos tanto humanos como materiales para transformar, en tan poco espacio de tiempo, la creación de estos carriles bici. Y es que cuando se quieren hacer modificaciones, se hacen sin vacilar, sin miramientos y, quizá, sin pensar en las consecuencias.


Pero, no sólo están divididas nuestras fuerzas políticas que, al fin y al cabo, no es ninguna novedad, sino --y esto es lo peor-- que también existe una fuerte discrepancia entre la ciudadanía. Podíamos decir que se ha creado un problema donde no lo había. Se empezó en el pasado mes de agosto, con la creación de las zonas de bajas emisiones escolares (ZBE) aprovechando que la mayoría de los vecinos estaban de vacaciones y sus resultados los veremos a partir del 1º de enero de este año cuando entren en vigor. Habrá muchos automóviles que les estará prohibido circular por dichas zonas; incluso para llevar a sus hijos al colegio bajo amenaza de la sanción correspondiente. Y es que cumplir con la famosa Agenda 2030, hay que hacerlo poco a poco, sin que recaiga sobre el ciudadano toda la responsabilidad. Hay cosas que se necesita tiempo para implantarlas, sin prisas y que la nueva situación sea lo menos lesiva para todos.


La Agenda 2030 está integrada por 17 objetivos de desarrollo sostenible y 169 metas que, lógicamente, no vamos a enumerar. Suponen un nuevo reto de toda la comunidad internacional para lograr erradicar la pobreza, extender el acceso a los derechos humanos, lograr un desarrollo económico global sostenible y respetuoso con el planeta y los recursos que ofrece…... Bien. Perfecto. Y ¿creemos que, de aquí a 7 años, vamos a conseguir todo eso? No se lo cree nadie. El objetivo que persigue es necesario y compartido, pero su puesta en marcha no puede hacerse con prisas….. A lo nuestro: carriles bici y asfaltado de las calzadas todo junto. Y es que las elecciones están a la vuelta de la esquina, y después de casi cuatro años de inacción e inmovilismo, ahora quieren hacer todo de una vez.


Todos queremos una movilidad más sostenible y una ciudad libre de humos, pero no a costa de complicar la vida a los ripenses. La realidad es que vivimos en una ciudad dormitorio, donde la mayoría de sus habitantes trabajan fuera de la ciudad, lo que supone que la utilización del automóvil es muy necesaria y el transporte público por carretera muy deficitario; siendo necesario sacar el coche aunque sólo sea para dejarlo en el parking del Metro, pues la extensión de Rivas es tan grande, que no existe cerca una estación y no es operativo utilizarlo por los transbordos a efectuar. Los carriles bici se han puesto en muchas de las arterias principales que los vecinos deben usar para su día a día: comprar, ir a trabajar o llevar a los niños al colegio; sin olvidar a los repartidores que no tienen sitio para poder cargar y descargar sin perturbar la circulación normal. Se ha cercenado la libertad de movilidad, siendo el pequeño comercio el más perjudicado. Obligar a la gente a circular a 30 Km hora, requiere tiempo y una metodología constante a nivel informativo y pedagógico.


Mónica Carazo, portavoz del PSOE de Rivas Vaciamadrid y vicealcaldesa de la ciudad, ha dejado vislumbrar que “la red de carriles bici es un proyecto de nueva forma de movilidad sostenible; eso no significa que no se vayan a realizar cambios en el futuro. En todo caso, el proyecto será evaluado y revisado, para poder introducir las mejoras o modificaciones que sean necesarias”. Eso es lo correcto. La experiencia nos va a decir si fue acertado o no la implantación masiva de estos carriles. Lo que está claro es que el carril bici no debe provocar atascos como los que he vivido a nivel personal. Quizá se han copiado modelos de otros sitios que no tienen que ser los adecuados para Rivas. La bicicleta o el patinete eléctrico es un medio de transporte interesante, pero su utilización es minoritaria y recreativa, y no pueden ser la única apuesta de este Ayuntamiento. Además, cualquiera puede comprobar la infrautilización de estos carriles generalmente vacíos, siendo su ocupación muy testimonial.


Asimismo, la Portavoz de Podemos Rivas, Vanessa Millán, ha manifestado que “estos cambios que afectan al ciudadano deben darse poco a poco, buscando soluciones alternativas y minimizando los problemas, buscando soluciones efectivas que puedan generar los desplazamientos”. Pues eso, con informes técnicos precisos adecuados a una ciudad como la nuestra. Creo en la necesidad de tener unos carriles bici bien orientados, que no modifiquen y trastoquen en exceso el día a día de los ripenses, mejorando los ya existentes, sin necesidad de crear otros nuevos de esta envergadura a escasos 30 metros de los anteriores; porque modificar los hábitos para conseguir un beneficio ecológico y renunciar al coche, debe hacerse de forma pausada y con estudios detallados, reforzando el transporte público, sin que sea una imposición inquisitorial.


Miguel F. Canser

www.cansermiguel.blogspot.com





jueves, 1 de diciembre de 2022

HONESTIDAD


 La honestidad es hablar y actuar con sinceridad, es más que no mentir, engañar, robar o hacer trampas. y actuar con sinceridad, es más que no mentir, engañar, robar o hacer trampas. Implica mostrar respeto hacia los demás y tener integridad y conciencia de sí mismo.  Es un valor moral fundamental para entablar relaciones interpersonales basadas en la confianza, la sinceridad y el respeto mutuo. Una persona que actúa con honestidad, lo hace siempre apoyada en valores como la verdad y la justicia, y no lo antepone a sus propias necesidades o intereses. Es una persona apegada a un código de conducta caracterizado por la rectitud y la honradez. La honestidad verdadera debería estar presente en todos los aspectos de la vida de una persona; se manifiesta socialmente, pero también en el entorno íntimo del individuo, de su vida misma, de su comportamiento coherente, donde sus acciones son consecuentes con lo que piensa, dice y predica.


Desgraciadamente, nuestro mundo no es un ejemplo y virtud de honestidad. Nuestra interacción con los demás: en el trabajo, en el tráfico, en nuestra comunidad, en los estudios, no digamos en política. Como seamos aquí, así seremos en nuestra vida más íntima, en nuestras relaciones afectivas, de amistad y familiares; y en aquéllos aspectos de nuestra vida que no estamos obligados a compartir con los demás: nuestros sentimientos, gustos e intereses. Un individuo honesto, en definitiva, es ante todo, honesto consigo mismo y no se traicionará a sí mismo. Informar al vendedor que se ha equivocado a nuestro favor con el cambio (aunque casi nunca se equivocan en su contra), devolver a la persona el billete que se le acaba de caer sin notarlo, cumplir con nuestras obligaciones aún cuando nadie nos vaya a gratificar por ello, vigilar nuestras palabras en la medida en que éstas puedan herir o afectar a terceros, guardar discreción, asumir la responsabilidad de nuestros errores, rectificar y corregir cuando sea necesario, ser leales y transparentes en nuestras relaciones con los otros; todo ello no es sino una breve enumeración del largo catálogo de acciones donde podemos manifestar activamente nuestra honestidad.


El deterioro, en cuanto a valores morales nos referimos, es cada vez más marcado en el mundo entero, en la sociedad. Tiempo atrás, la palabra lo era todo. No había necesidad de más. La conciencia, la reputación, la dignidad y la ética eran los pilares donde la honestidad se cimentaba y se creía en la gente. Con el paso del tiempo y la evolución de las sociedades, cosas como la ambición, el poder, el dinero, el status, la codicia y el éxito, empezaron a corroer eso que antes estaba al otro lado de una pared impenetrable. Hoy en día, hemos llegado al extremo donde el concepto de honestidad, se tiende a relativizar de tal manera, que como bien dicen, “el fin justifica los medios”.


El camino fácil se ha instaurado como la mejor manera de llegar a lo que se quiere llevándose por delante ética y valores. ¿Qué está pasando con nuestra sociedad?, ¿en qué momento empezó a ser más importante tener dinero que tener dignidad?, ¿en qué momento empezó a ser más importante quedar bien ante los demás, y fallarnos a nosotros mismos? Básicamente se ha dado un cambio de valores , que influye desde el momento en el que criamos a nuestras nuevas generaciones. Antes la palabra, la sociedad, la ética, el respeto y la autoridad eran valores; pero ahora lo que importa son el éxito, la competitividad, la mayor productividad y la perfección. Teniendo en cuenta que los seres humanos perseguimos ser aceptados por los otros a toda costa, nos adaptamos a los valores que generan aceptabilidad. Por eso hoy, ser el mejor y la necesidad de éxito, hacen que todo valga. En este ambiente de individualidad, los valores como el honor y la autenticidad, cada día están más perdidos.


Ya estamos inmersos en plenas fiestas, ya huele a Navidad, ya nos llueven los abrazos y los buenos deseos; sin embargo, ese despliegue de ternura, solidaridad y generosidad que tan poco nos cuesta mostrar en esta época del año, quizá no haya sido lo mismo el tiempo vivido anteriormente. En este mundo marcado por la turbulencia, por la inseguridad, por las tensiones de la lucha diaria para sobrevivir, existen unos momentos donde podamos encontrar un espacio de conciencia, alrededor de un éxito incluyente que genere ganancias, no sólo para un individuo, sino para quienes están a su alrededor. Siempre hay una esperanza de cambio.


Miguel F. Canser

www.cansermiguel.blogspot.com







lunes, 31 de octubre de 2022

UN MERCADO PERSA


En estos días se han debatido y aprobado los presupuestos generales para 2023 que se han convertido en eso, en un mercado persa: El paso solemne del "califa" visitando el mercado, la llegada de los camelleros al paso majestuoso con sus iphones nuevos, los malabaristas y encantadores de serpientes y, cómo no, el canto que nadie atiende de los mendigos. Porque los presupuestos son eso: un mercado donde se intercambian no productos, pero sí un "tú me concedes estos y yo te doy mi voto favorable". Dicen que estos presupuestos son los que más carga social tienen, que van destinados mayoritariamente a la gente más necesitada y a la clase media. Bien. No seré yo quien critique eso, al contrario. Ahora bien, el Gobierno quiere recaudar 200.000 millones entre IRPF e IVA (impuesto al consumo). Para el año 2023 espera recaudar 13.000 millones más; es decir, al final, la recaudación sube un 7,7% por no deflactar y poner fin al plan anti-crisis; y ha limitado su rebaja fiscal sólo a los asalariados inferiores a 21.000€ y deja a la clase media sin paraguas hasta el IPC.

El aumento fiscal es significativo para poder hacer frente a los gastos previstos que son muchos. La subida de las pensiones al ritmo de la inflación --aunque como pensionista me beneficia-- no deja de ser preocupante porque para que se produzca, el Gobierno tiene que recaudar más impuestos. No hay que dejar de lado que, en este País, somos más de 9MM de pensionistas y que el año 2023, es año electoral. Pero, echemos un somero vistazo a las partidas presupuestarias: En el apartado IRPF, se quiere conseguir 8.083 millones más (7,7%), en el IVA, que grava el consumo, 782 millones más (7,7%); luego está el impuesto de sociedades que esperan recaudar 2.000 millones más que, curiosamente, es otro 7,7%; lo que significa que los ingresos tributarios, contando con otros impuestos, supondrán 18.710 millones de euros más que 2022. Sí, es otro 7,7% más.

En toda economía, ya sea familiar o de cualquier negocio, existen unos ingresos y unos gastos aunque siempre se pretende que los ingresos, sean superiores a los gastos por aquello de guardar o tener un colchón para imprevistos. Pues bien, en los presupuestos presentados, algo inaudito, los gastos superan a los ingresos. Concretamente, los ingresos se estiman en la cantidad de 389.000 millones (3,4% más) y los gastos serán de 584.000 millones (10,7% más). Lo que ha sucedido en este País en un lustro (5 años), desde 2018 a 2023, y sin entrar en quién gobernó en ese tiempo, es que los impuestos han subido un 41,53% que es una auténtica barbaridad. Ya sé que en el 2020 hemos sufrido una pandemia, el volcán de La Palma, que estamos inmersos en una guerra que nos afecta, una economía al borde de la recesión; pero, un 41,53% me parece una exageración. Para no aburrir, sólo indicar que la mayor partida de los presupuestos se la lleva el apartado pensiones (191.000 millones, un 11,4% más), seguido por Defensa (12.300 millones - 25,8% más), I+D+I y Digitalizaciones (16.000 millones - 22,8% más) esto último, totalmente necesario.

Decía al principio que estos presupuestos se habían convertido en un mercado. Un mercado donde se intercambian concesiones y permanencias. No entiendo cómo unas comunidades (Euskadi y Navarra), que no participan de dichos presupuestos, porque tienen un concierto económico distinto; es decir, que ni les va ni les viene, tienen que dar su aprobación o no a los mismos, que sí nos afectan a los demás ciudadanos españoles. ¿Tienen que decidir ellos dónde y cómo debemos gastar nuestros dineros, pero nosotros el de ellos no? Votan a favor o en contra, dependiendo de lo que les concedas, aunque los presupuestos no les afecten. ¿Era necesario modificar, deprisa y corriendo, las penas de sedición antes de aprobar los presupuestos?, ¿no hubiera sido mejor posponer modifica la ley posteriormente? Esta claro que era una exigencia independentista como condición para votar favorablemente.

No se pueden hacer unos presupuestos donde los gastos sean superiores a los ingresos, Eso es de primero de economía, no lo hace nadie, y sin establecer unas prioridades de gasto. ¿Hay que gastar lo que sea necesario? Rotundamente sí, pero no sin saber si la estimación de ingresos va a ser la que se presupuesta. Lo que siempre son seguros son los gastos, de ahí la subida que todos deberemos afrontar. Según el economista Niño Becerra, se estima que con estos presupuestos, cada españolito de a pie, incluidos los nacidos en 2022, heredamos una deuda de 30.000€ por habitante. Los impuestos son necesarios para mantene una sociedad próspera y equitativa, pero ¡¡jolín!!.

sábado, 1 de octubre de 2022

ASÍ SE PIERDEN LAS ELECCIONES


Existe una preocupación candente en toda Europa por los últimos resultados electorales donde están imperando las derechas. Y, ¿por qué el voto cambia de un lado a otro? La gente está muy harta de ciertos políticos, muchos han dejado de acudir a las urnas porque no confía en ellos. La abstención empieza a preocupar. Eso de mirar y leer los distintos programas electorales está muy bien, pero no sirven de referencia, ya que nos tienen acostumbrados a no cumplirlos ninguno. Sencillamente “se sirven del pueblo para llegar al poder y, una vez allí, se olvidan de él”. Esta opinión la comparten muchos miles de ciudadanos, de una inmensa mayoría silenciosa, que no les interesa saber de qué partido es la persona que les gobierne, sino que contraiga el compromiso de trabajar por el bien de todos, siendo consecuente con la responsabilidad adquirida, con el cumplimiento de las promesas que hizo en período electoral, y con la única visión de servir a los demás, y no servirse para sus propios fines, ideología, o intereses de partido.

 

         Las elecciones no se ganan con los votos de los profesionales de la política, ni con los incondicionales de los distintos partidos, ni tampoco con los periodistas con cierta ideología, cuando no a sueldo, de ciertos ideales políticos. Se ganan o se pierden con los votos de esa inmensa mayoría que no es tonta, que tiene memoria, y no se deja manipular fácilmente aunque no se manifieste. Me refería antes a la abstención. Aquí se sabe que, aunque existe el voto en blanco, forma de votar para los que no confían en nadie, éste no sirve para nada pues ya se han preocupado los políticos de legislar, para que se lo repartan los más votados. Considero que si el porcentaje de votos en blanco, por ejemplo, suponen uno o dos escaños, éstos deberían quedar vacíos, porque así lo han querido las urnas. Pero no, de ahí la abstención, en fin, allá ellos. 

 

         Todos prometen ciertas cosas que, cuando llegan al poder se olvidan de realizarlo, bien porque sus socios de gobierno se lo impiden, o porque han prometido cosas que ya sabían antes, que no iban a cumplir.  Cuando se asegura que nunca se asociarán con cierto partido, y se hace lo contrario, cuando se asevera que los impuestos no se pueden retocar a la baja, porque se lo impide Bruselas, y se bajan (podían haberlo hecho antes)

porque se acercan las elecciones, cuando se critican las puertas giratorias para después hacer tú lo mismo, cuando persiste y no se corrige una ley de ocupación injusta, que protege más al okupa que al propietario; cuando no existe un mínimo de autocrítica y de humildad: se han cometido múltiples errores durante la pandemia que, no sólo no se han reconocido, sino que se han vanagloriado de su gestión, cuando se ha triplicado el gasto político con 22 ministerios y nombrando a excesivos consejeros y cargos de confianza, cuando la deuda pública alcanza ya unos niveles insoportables, a pesar de una recaudación de impuestos histórica, y no se mejora la calidad de vida de los ciudadanos,  etc., etc.

 

         Y no podemos olvidarnos de nuestro Congreso de los Diputados, porque cada sesión parlamentaria, cada debate de proyecto de ley, cada acto institucional, se hacen palpables los oídos sordos ante los argumentos del contrario que es lo que impera en todos los feudos políticos; y aquí, incluyo a todos los partidos. Cada sesión será para prorrogar el actual estado de cosas, con un Gobierno partido en dos, con los “socios” que apoyaron hace años la moción de censura contra Rajoy en continuas exigencias. La sociedad, con administrar un mínimo de análisis político, así lo demuestra en las distintas encuestas.

 

         No hacía falta contratar a Iván Redondo para deducir que, antes de liquidar a tu principal adversario electoral, debes encargarte de comprobar que su sustituto no será más lesivo para tus intereses. No se reparó en que la distancia a las elecciones, empequeñecía a un inflamado Pablo Casado, que ni siquiera entusiasmaba al numeroso gentío que asistían a sus mítines. Las frases más escuchadas –mayoría silenciosa-- en las tertulias de bar, en conversaciones de vecinos y en confidencias de amigos es: “No podemos seguir así”. Vivimos en un mundo cabreado, donde la insatisfacción está muy presente. La gente está muy mosqueada porque esto no hay quien lo aguante: subida de precios desmesurada, crisis económica, crisis política, crisis moral y social…Esto es lamentable…. “Rectificar es de sabios”.

 

Miguel F. Canser

www.cansermiguel.blogspot.com

 

 

 

 

 

sábado, 27 de agosto de 2022

EL GANADOR DE LA GUERRA


 Cuando me pongo a escribir este artículo, se cumplen 6 meses de la invasión de Rusia a Ucrania. Seis meses de guerra donde han muerto más de 50.000 personas, con seis millones de refugiados o desplazados; una auténtica barbarie que nunca puede estar justificada políticamente.  Tras muchos avances y retrocesos que han ido reconfigurando el mapa de la guerra en este tiempo, las posiciones se han mantenido relativamente estables desde hace meses, en una guerra de desgaste que se sostiene en gran medida con el apoyo de Occidente. Medio año después, seguimos sin ver el final a un conflicto cuyas implicaciones a nivel mundial ya se han demostrado enormes.

 

              Después de la caótica desbandada de EEUU de Afganistan, los talibanes han vuelto al poder. Miles de colaboradores afganos fueron abandonados a su suerte; al final, EEUU perdió la guerra en aquel país. Económicamente ya no interesaba estar ahí, y la población estadounidense, estaba harta de conflictos bélicos que no reportaban nada positivo. También la Unión Soviética, anteriormente, perdió la guerra en ese mismo sitio. Y entonces llegó la guerra de Ucrania, un país en el que EEUU llevaba años trabajando para alejarlo de Rusia y anclarlo en el bando de las llamadas democracias liberales. El resultado es que, sin haber disparado una sola bala, EEUU va camino de erigirse en el gran ganador de la contienda. Se ha demostrado que Rusia es un gigante con pies de barro en el terreno militar, y que tendrá sus alas cortadas mientras duren las masivas sanciones impuestas sobre su economía.

              Y el perdedor, por ahora, es la Unión Europea sobre todo en el sector energético. Y EEUU no ha tardado en postularse para llenar parte del vacío que dejará en el continente su mayor suministrador de gas y petróleo. Eso sí, a unos precios mucho más elevados de lo que antes Europa destinaba para ello. Hoy, en este momento, sólo vemos un ganador, EEUU, que ha conseguido varios objetivos: Innumerables sanciones a Rusia, bloquear el gasoducto Nord Stream2 y detener la colaboración entre Alemania y Rusia, proponerse ante Europa como proveedor alternativo de gas, aumentar el control sobre Europa, y hacer la guerra enviando sólo armas y no soldados. La guerra contra Rusia la libran los europeos, especialmente los ucranianos y los países de Europa del Este en general. El origen de toda guerra, al final, no deja de ser un motivo comercial y económico y EEUU está “combatiendo” para eliminar a Rusia como principal proveedor de energía, erigiéndose él como principal suministrador a costa, eso sí, de debilitar económicamente a Europa. El euro cotiza ya casi por debajo del dólar.

 

         Quien pagará el precio más alto de esta crisis será Europa. No sólo subirán las facturas y muchas empresas se verán obligadas a cerrar, sino que también están subiendo, muy alarmantemente, el precio de todos los productos, dejaremos de ser competitivos en el mercado mundial, que nos llevará a, ojalá no sea así, a una gran recesión. Esto frenará las exportaciones. Parece que los gobiernos europeos se han puesto de rodillas ante Washington, sacrificando inexplicablemente sus propios intereses, cuando deberían hablar con todos los actores, y encontrar una solución pacífica y razonable para todos, con la denuncia y repulsa por la invasión de Ucrania, pero sin inclinarse sin condiciones hacia las tesis de EEUU. Nadie, y mucho menos la población ucraniana, se beneficiarán de esta guerra, salvo EEUU. Por eso la declaración de Europa por la Paz de 2007 decía: “Europa no debe apoyar ninguna política que arrastre al planeta hacia la catástrofe: está en juego la vida de millones de personas, el futuro mismo de la humanidad”.

 

         La gente quiere vivir en paz, aspira a la cooperación entre los pueblos y empieza a darse cuenta de que todos formamos parte de una gran familia humana. El desarrollo de la ciencia y la tecnología pueden garantizar una vida digna para todos, pero la codicia de unos pocos, está frenando el camino de la evolución humana. Si no se quiere la guerra, hay que dejar de hacerla. Los dirigentes europeos son incapaces de detener la avalancha, mientras que harían bien en escuchar las demandas de sus pueblos. Sin embargo, sea cual sea el punto de vista. las interpretaciones y los análisis de cada uno, esta guerra debe detenerse inmediatamente, La guerra pertenece a la prehistoria, ¡Construyamos la paz!

Miguel F. Canser

www.cansermiguel.blogspot.com



 


 

viernes, 1 de julio de 2022

LA CRISIS QUE VIENE


 No hacen falta muchas más señales para pensar que la economía no va del todo bien. A la inflación al alza en los últimos meses, los precios de la energía subiendo sin parar a pesar de las medidas del Gobierno, la guerra de Ucrania, o la caída que han tenido las bolsas o las criptomonedas, la inminente subida de los tipos de interés, parece que hay pocas cosas que estén bien. Vamos, que la cosa no pinta bien. ¿Han perdido ustedes la capacidad de ahorro?, ¿les preocupa un mundo en el que salimos de un problema y nos metemos en el siguiente? Mientras discutimos por cosas banales como los cambios que proporciona la cirugía estética, espionaje, cotilleos diversos, si debemos comer más o menos carne, o nos peleamos por repetitivos mantras ideológicos, sin abordar y poner remedio a lo que estamos pasando y lo que está por venir, es muy probable que nos acerquemos a un abismo donde algunos se lo van a jugar todo.

 

         El año 2023 va a traer una crisis económica sin precedentes progresiva y en ráfagas. Según algunos expertos las bolsas europeas van a sufrir un colapso con la idea del cambio de modelo productivo como telón de fondo y debemos estar preparados para ver si estos vaticinios se cumplen. La negación de la crisis será un slogan político que no nos debería sorprender. Miremos los síntomas. La Federación Española de Bancos de Alimentos, siempre a pie de calle, espera un incremento inmediato de la demanda del 20%. Los diferentes subsidios no dan más de sí. Cada vez hay más gente que no llega. La pobreza energética ha desaparecido de los debates principales en los medios de comunicación, pero no hablar de ella no hace que desaparezca. Algunas voces anuncian un intento de los gobernantes para reducir el consumo. Será otro síntoma. Habrá una excusa ecológica y un fin económico: intentar no subir los tipos de interés (que subirán), bajar impuestos, recortar el gasto público. ¿Se lo creen? Yo no. Y, ¿a quién le tocará pagar el pato?, ¿se lo imaginan? Yo sí. No olviden que 2023 será un año de elecciones generales, año de promesas y mentiras. Mal año para una crisis. Los que mandan estarán pendientes de lo suyo, no de los nuestro. Agárrense porque vienen curvas.

 

         Hace pocos días he estado de vacaciones. Los hoteles, --que no son baratos-- a tope, las carreteras, con el precio de los carburantes, atestadas de coches, en los restaurantes la gente hace cola para que le den una mesa, y los chiringuitos de bebidas, no dan abasto. Vivimos el presente sin querer saber nada de lo que pueda venir. Estamos con tantas ganas de salir, de olvidar esos dos años de pandemia (que aún existe), que no nos resignamos a disfrutar. Pero las crisis no llegan de golpe, vienen en forma de ráfagas y duran mucho tiempo, arrastrando a más gente y será el próximo año cuando lo notemos más y sufriremos las primeras consecuencias de una malísima gestión que la pandemia nos está dejando. Recuerden lo ocurrido en la crisis del 2007, cuando el sistema financiero cayó tras el pinchazo de las hipotecas, provocando en las economías la llamada “Gran Recesión” y que España tuvo el punto más álgido de la crisis cinco años después. Distintos analistas económicos creen que factores como la guerra de Ucrania y las repercusiones económicas de la pandemia, crean un fuerte argumento de que el mundo verá una desaceleración económica en un futuro próximo. A la pandemia se ha sumado que los niveles de deuda de los gobiernos ya eran muy altos y ya, entonces, había problemas en la cadena de suministro.        

 

         Lo que pasará en el futuro es totalmente incierto, pero no será bueno. Y ahora la guerra en Ucrania, iniciada por un hombre que quiere corregir los errores del pasado, al menos lo que él considera errores. Un hombre cuyas ventas de gas han calentado nuestros hogares durante décadas. El presidente de un país que lo tendría todo para ser una superpotencia sin invadir otros países: muchas materias primas, gente bien educada, una gran cultura. Pero a él le faltó algo: los millones de ingresos procedentes de la venta de materias primas no se usaron para llevar al país a la vanguardia de la tecnología. En cambio, los jefes de esas empresas -llamados oligarcas- compiten por el yate más lujoso, la propiedad inmobiliaria más valiosa o el club de fútbol más caro.

 

         Occidente se preocupa por sus industrias, que dependen en gran medida de estos combustibles fósiles. Los europeos temen al próximo invierno, porque sus casas podrían quedarse frías, los precios de prácticamente todos los productos, se disparan y no dejan de subir y lo que ya ha subido, no va a volver a bajar. Esto es sólo el principio. Está claro que la guerra debe parar, ojalá de forma inmediata. Pero, ¿aislar a Rusia del comercio mundial a largo plazo? Muy difícil. ¿Resolver los problemas del mundo (el cambio climático, por ejemplo) sin Rusia? Es difícil de imaginar. Sólo puede hacerse con Rusia, pero con una Rusia sin Putin. Además, China está ahí. Y es que la mayoría de las personas gastan más tiempo y energías en hablar de los problemas, que en afrontarlos.

 

         Miguel F. Canser

         www.cansermiguel.blogspot.com

 

 

 

        

 

miércoles, 1 de junio de 2022

¿ES REAL EL IPC?

 

El Índice de precios de consumo (IPC), es una medida estadística de la evolución de los precios de una representación de los bienes y servicios más comunes, que consume la población residente en viviendas familiares en España, y el encargado de elaborar mensualmente el cálculo es el Instituto Nacional de Estadística (INE), que se publica a mediados del mes siguiente al que se realiza el mismo; sin embargo, el último día de cada mes, se publica el dato adelantado. La precisión con que se realice esta medición, depende de dos cualidades básicas: la representatividad y la comparabilidad en el tiempo. El INE cuenta con más de 200 trabajadores que se dirigen cada mes a los mismos establecimientos comerciales, distribuidos por todo el territorio nacional, para rastrear la evolución de los precios en España que, junto a otra información que el organismo recaba directamente de algunas empresas, elaboran el IPC que ahora es la principal preocupación del país en el plano económico.

 

         Los datos facilitados en Marzo, indicaban un IPC del 9,8% y el correspondiente a abril nos señalaba una bajada de 1,5 puntos respecto al mes anterior, situándolo en el 8,3%. La sorpresa por esta bajada del mes de abril, ha sido muy comentada en distintos foros económicos pues muchos creían que el dato superaría los dos dígitos. Nos dicen que el motivo de esta bajada se debe a que la vivienda, ha tenido una variación del -7,7% con una repercusión de 1,168, consecuencia de la bajada de los precios de la electricidad en ese mes, aunque hayan experimentado una notable subida los precios del gas y los combustibles para la calefacción. Hay que tener en cuenta que el INE no utiliza los precios del mercado libre para el cómputo de electricidad en el IPC, a pesar de que más del 60% de los hogares en España tienen este tipo de contrato.

 

         La incredulidad ha sido lógica. No hay más que salir a la calle a consumir, para sospechar que el coste de la vida esté, quizá, por encima de lo que asegura el INE. El IPC tiende a suavizar el efecto de la inflación en los ciudadanos, porque pone bienes y servicios de consumo diario en la misma cesta con los de compra esporádica. Incluye referencias y ponderaciones que reducen el coste real de la vida, y no tienen en cuenta otras variables fundamentales como los precios del alquiler; y esto da a entender que está diseñado de manera, que la cesta no refleje la severidad de las subidas de muchos bienes y servicios esenciales.

 

         Además, hay que tener en cuenta que las rentas más bajas no consumen lo mismo que las más altas o que los jubilados, por lo que la desviación es notable para cada uno de ellos. No obstante el INE intenta que sus cálculos sean lo más certeros posibles sin olvidar que se trata de una estadística. Para el cálculo del IPC se analizan 210.000 precios al mes y cada cinco años, el INE saca de la cesta unos productos y mete otros, dependiendo de los hábitos de consumo. Por ejemplo, se incorporaron las suscripciones a plataformas de cine (Netflix, Amazón, etc.) y el café de cápsulas y se eliminaron las cámaras de video. Este año, se han incluido las mascarillas y se ha eliminado el MP3 entre otros muchos artículos. Pero, ¿por qué percibimos que la vida está más cara que ese 8,3%? Puede ser porque cada uno, tenemos nuestro propio IPC y porque percibimos más los precios que suben que los que bajan. ¿Es que hay productos que han bajado este año?

 

         Los elementos que se incluyen para conocer el dato de IPC corresponden a más de 400 artículos que consumen las familias, clasificados en 12 grupos, cada uno de los cuales recibe una ponderación según el porcentaje del presupuesto familiar que se destina a su compra. Dichos grupos se componen de alimentación y bebidas no alcohólicas, transporte, vivienda, hoteles, restaurantes, ocio y cultura, vestido y calzado, menaje, medicinas, comunicaciones, bebidas alcohólicas, tabaco y enseñanza; además de otros no contenidos en lo anterior. Y la ponderación no es más que una media aritmética: Suma el precio de todos los artículos y lo divide entre el número de grupos que lo componen.

 

         No es fácil elaborar un IPC real al usar una cesta base fija, que no tiene en cuenta las substituciones de bienes que realizan los consumidores como respuesta a cambios de precios, ni que algunos productos, no han subido pero ha mermado su contenido. Tampoco se incorporan nuevos bienes hasta que se efectúe una actualización en la cesta de productos. No incorpora una medición del precio real de la vivienda en propiedad y, sobre todo, no se tiene en cuenta la economía sumergida que ya tiene una consideración importante en nuestra economía. La variación del IPC es, simplemente, el ratio de la inflación.

 

         El IPC y el PIB siempre favorecen al Gobierno. El primero, porque las cosas cuestan más de lo que apunta el IPC y el segundo, porque siempre se puede inflar el PIB con más gasto público, más endeudamiento y, claro, más impuestos.

 

Miguel F. Canser

www.cansermiguel.blogspot.es

 

 

 

 


lunes, 2 de mayo de 2022

ASOCIACIÓN CORO RIVAS

Diferentes estudios a lo largo del tiempo, han demostrado que escuchar y cantar música tiene diversos beneficios para la salud. Son capaces de cambiarnos el estado de ánimo si estamos tristes, de reducir el estrés y hacernos sentir mejor. La música nos rodea y nos acompaña a todas partes: en nuestros móviles, en la televisión, radio, en el cine, y cómo no en los conciertos de nuestros artistas o grupos favoritos; y es que la música, como explica el Coro Rivas en su video promocional, “desde el inicio de los tiempos y en todas las culturas, la música y la voz humana, han ido de la mano en los momentos representativos e importantes de la humanidad”.   Escuchamos melodías a todas horas y en todos los lugares: cuando toca esperar, en el autobús, coche, tren, etc. Cualquier excusa es buena y siempre estamos dispuestos a ello.

 

         En nuestra ciudad existen varios grupos corales pero, quizá, el que mayor proyección y prestigio tiene y es un referente de la música coral en Rivas, sea la Asociación Musical Coro Rivas que nació en el año 1989 en el seno de la Escuela Municipal de Música, que goza de diversos premios, y siempre ha contado con el apoyo de la Concejalía de Cultura de nuestro Ayuntamiento. “Ha llevado con éxito el nombre de Rivas por pueblos y ciudades diversas de España y Europa”, y en su palmarés cuenta con numerosos encuentros tanto en España como en el extranjero, consiguiendo el máximo galardón en el XXIII Certamen de Habaneras en Totana (Murcia), y un primer premio en el III Concurso de Villancicos de Valdetorres del Jarama (Madrid) entre otros.

 

         Por ello, el Coro Rivas es una formación de hondo contenido social que se acentúa, particularmente, en las ciudades donde otras actividades, como los grupos de baile tradicional, de bordado, gastronomía o cualquier otra actividad que tenga íntima relación con la conservación del patrimonio cultural y tradicional intangible, se consideran dinamizadoras de la cultura y del encuentro social entre las gentes al unir a personas de diferentes estratos sociales, ideologías, religiones, sexo y edades; porque la persona que procura pertenecer a un coro, tiene en mente un objetivo: cantar con otros, participando en actividades que le permitan expresarse musicalmente, en un contexto de socialización y encuentro. Los coros saben realmente lo que significa el trabajo en equipo. La preparación para conciertos, no sólo requiere la disciplina de asistencia a ensayos semanales, sino que también desarrolla las habilidades de escucha, concentración y confianza. El trabajo en equipo une a las personas.

 

         Y en este contexto, es obligado resaltar la figura de su Director, Rodrigo Guerrero, que desde el año 2011 que se hizo cargo del mismo, ha relanzado la calidad y el prestigio del Coro Rivas, uniendo a un grupo de personas no profesionales, que se han dispuesto a cantar en forma organizada, con los elementos que dispone: varias voces, distintos timbres, diferentes estilos, mostrándose siempre empático y flexible y, sobre todo, teniendo mucha, mucha paciencia; pues los problemas que surgen son a menudo imprevisibles, y deben ser resueltos sobre la base de la experiencia y habilidad propias de un artista compositor, que cuenta con una importante y dilatada experiencia y curriculum; siendo numerosas las adaptaciones y arreglos de obras musicales que ha efectuado a cuatro y hasta ocho voces, para poder ser interpretados por el Coro Rivas.

 

         Los coros de aficionados que su composición humana está formada por personas de diversa extracción social, aportan una serie de elementos enriquecedores como sus experiencias cotidianas, diversidad de pensamiento y gusto por la música, cada uno desde su condición: estudiante, ama de casa, empleado, comerciante, autónomo, jubilado, quienes llegan a formar una fraternal familia. La música y, en este caso, la experiencia coral articulan una conciencia común donde se adquieren las bases de un comportamiento social, sentimientos de compañerismo, responsabilidad, respeto al semejante, tolerancia y la incentivación de los hábitos del orden, de la disciplina de conjunto y la constancia, sus principales rasgos.

 

         El grupo coral, como cualquier otra actividad asociativa, se convierte en un eficaz elemento de acierto cultural. El Coro Rivas es vocacional porque las personas que lo componen no reciben ninguna contraprestación dineraria por la actividad que realizan, sino que sufragan los gastos inherentes a la actividad del coro; representando a nuestra ciudad allí donde actúa. Los premios y reconocimientos que obtienen, se hacen extensivos al ámbito geográfico donde el grupo se originó y desarrolla su tarea; tarea abierta a todo aquel que quiera participar, y no sólo a aquellos que posean un grado de conocimiento musical.  Nuestro Consistorio debe seguir apoyando y ampliar su aportación a este tipo de iniciativas de calidad, por el bien de nuestra ciudad.

 

Miguel F. Canser

www.cansermiguel.blogspot.com