miércoles, 29 de septiembre de 2010

TRAICIÓN Y COBARDÍA




Se define por traición el delito que se comete quebrantando la fidelidad prometida o la lealtad debida, y se produce cuando se quiebra la confianza y la coherencia con el compromiso adquirido; cuando se rompe sin registrar culpa alguna, haciendo lo contrario de lo que otros esperan. La traición es uno de los actos que más destrozos irreparables ocasionan y que más repugna al ser humano.

La traición existe en todos los niveles: empresarial, sentimental, familiar, de amistad, etc. De todos es conocido el ejemplo de Judas. Indudablemente ser traicionados es parte de la vida, es una prueba que todos pasamos en algún momento a cualquier nivel. El traidor quiebra un compromiso, acuerdo o norma con fines egoístas fingiendo ser honesto. Quien traiciona, suele usar la mentira, manipulación, distorsión de los hechos y la persuasión para que su perfil de conducta no caiga en tela de juicio.

En la traición, los hechos demuestran que la confianza depositada en la persona no se corresponde con la realidad; y nos hace entender que nos han traicionado. Inmediatamente después viene la decepción; sentimiento que no siempre podemos expresar con claridad, bien porque nos sentimos atrapados por el dolor, bien porque nos avergüenza reconocer el error de haber confiado en alguien que, con sus hechos, nos ha traicionado. ¿Por qué yo? La respuesta es que hoy eres tú, pero pudo ser otro, y mañana es seguro que le tocará a otra persona; porque quien traiciona vive en crisis, con dolores internos que no se anima a mirar, cediendo al egoísmo y al miedo. La honestidad es un rol que no aprendió a llevar con firmeza. El traidor no tiene un nivel de valores equilibrado y mucho menos madurez emocional, mentir es más fácil a ser él mismo, así como sentirse inferior. Un traidor es sólo un ser lleno de miedo y prejuicios que maneja mal sus emociones.

Por ello, existe un claro nexo entre la traición y la cobardía. La cobardía es sinónimo de traición. La cobardía no solo se refiere a la carencia de valor o entereza de ánimo, sino que, como decía Montesquieu, “es la madre de la crueldad” . El cobarde suele ser una persona tímida, pusilánime, medrosa, que carece de espíritu, que se defiende amparándose en la muchedumbre, incapaz de resolver su problema cara a cara. Es un ser infame, indigno, miserable y vil. Su arma es el puñal oculto escondido tras la mejor sonrisa, adornada de un cariño ficticio, que no duda en sacar cuando más desprevenida está su víctima. Dice un proverbio chino: “Es fácil esquivar la lanza, más no el puñal oculto”.

El camino no es ni la trampa, ni la mentira, ni esconderse de uno mismo que sólo nos conduce a una profunda confusión, angustia e infelicidad. Sólo la verdad y la honestidad evitarán que carguemos con un peso inútil que nos envejece y enferma.


Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com

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