miércoles, 27 de octubre de 2010

POBREZA EN ESPAÑA


El Banco Mundial considera que se encuentra en situación de pobreza extrema todo aquel que subsiste con menos de un dólar diario. Algo inimaginable para muchos y estremecedor para tantos otros. Pero, ¿cuándo se está en una situación de pobreza? Se dice que todo aquel que recibe un salario por debajo del 60% del sueldo medio de su país. En este cálculo se incluye una variable determinante: la paridad del poder adquisitivo. Y el Banco de España hizo público en el mes de octubre, que las familias españolas son un poco más pobres. Los datos son escalofriantes:

- El 60% de los asalariados es mileurista (11 millones de personas)
- 2 Millones de personas reciben el salario mínimo ( 633,30€)
- La pensión media de jubilación es de 861,49€
- El paro juvenil se acerca al 41,7% de la población activa.
- La cifra de paro supera los 4 millones de dramas humanos.

Resulta sencillo imaginar el poder adquisitivo de un elevado porcentaje de españoles. Casi el 30% de los pensionistas está al borde de la pobreza, pues su pensión es inferior al salario mínimo y lo cierto es que cada vez trabajamos más para ganar lo mismo, cuando no menos, y nos endeudamos más para, al final, ser menos ricos e ir más apurados. El volumen de ejecuciones hipotecarias es impresionante: Se incrementaron un 126% en 2008 y un 59% en 2009; y en el primer trimestre de este año se rompieron todos los topes estadísticos con más de 27.000 procesos judiciales. Los bancos, y sobre todo las cajas de ahorro, tienen en la actualidad propiedades inmobiliarias en balance por importe de unos 20.500 millones.

No vale la excusa de la crisis para justificar que nuestra economía se encuentra en una U.V.I. permanente. Las turbulencias de los mercados, la opacidad financiera, o la ingeniería crediticia por las que empezó todo, pueden resultar ajenas a la frágil temporalidad de los contratos laborales, a la nula competitividad nacional, o a la baja productividad que pagamos con la tasa de paro más elevada de los países desarrollados. Se efectuaron construcciones y obras públicas que el actual Ministro de Fomento reconoce se hicieron, sin valorar su viabilidad económica y sus costes de mantenimiento. Vamos a tener menos obra pública. Vamos a tener que replantear las pensiones porque han aumentado espectacularmente mientras las cotizaciones sociales con las que se sustentan no crecen al mismo ritmo y este desfase es insoportable por tiempo indefinido. No nos engañemos: somos más pobres, no podemos vivir al mismo ritmo. Cuanto más tardemos en admitirlo, más se agravarán nuestros males.

Existe el hecho cierto de que la actividad económica es baja. Y si no hay actividad económica no hay crecimiento. Sin actividad, sin cosas que producir, no abunda el trabajo. Trece de cada cien euros que recauda España son para pagar a los parados. ¿Nos lo podremos seguir permitiendo? En definitiva, vamos a tener que prescindir del bastón europeo, después de haber recibido entre 140.000 y 170.000 millones de euros de Bruselas, a partir de 2014 no habrá maná comunitario para España. En momentos como estos hacen falta estadistas de talla que hablen claro de una vez, y expliquen de frente la enorme envergadura del problema. Alguien que, sin enredar en las bancadas del gobierno con impuestos ideológicos o en las de la oposición con la protesta por la protesta, pida realismo y sacrificio pero devuelva rigor y determinación. Alguien que les diga a los ciudadanos a la cara que así no podemos seguir.

Lo primero que hay que hacer para salir de un pozo es dejar de cavar. Cada minuto que retrasemos las reformas que se coligen de los apabullantes números de la realidad española estamos dando una palada más abajo dentro de nuestro propio agujero.


Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com

miércoles, 29 de septiembre de 2010

TRAICIÓN Y COBARDÍA




Se define por traición el delito que se comete quebrantando la fidelidad prometida o la lealtad debida, y se produce cuando se quiebra la confianza y la coherencia con el compromiso adquirido; cuando se rompe sin registrar culpa alguna, haciendo lo contrario de lo que otros esperan. La traición es uno de los actos que más destrozos irreparables ocasionan y que más repugna al ser humano.

La traición existe en todos los niveles: empresarial, sentimental, familiar, de amistad, etc. De todos es conocido el ejemplo de Judas. Indudablemente ser traicionados es parte de la vida, es una prueba que todos pasamos en algún momento a cualquier nivel. El traidor quiebra un compromiso, acuerdo o norma con fines egoístas fingiendo ser honesto. Quien traiciona, suele usar la mentira, manipulación, distorsión de los hechos y la persuasión para que su perfil de conducta no caiga en tela de juicio.

En la traición, los hechos demuestran que la confianza depositada en la persona no se corresponde con la realidad; y nos hace entender que nos han traicionado. Inmediatamente después viene la decepción; sentimiento que no siempre podemos expresar con claridad, bien porque nos sentimos atrapados por el dolor, bien porque nos avergüenza reconocer el error de haber confiado en alguien que, con sus hechos, nos ha traicionado. ¿Por qué yo? La respuesta es que hoy eres tú, pero pudo ser otro, y mañana es seguro que le tocará a otra persona; porque quien traiciona vive en crisis, con dolores internos que no se anima a mirar, cediendo al egoísmo y al miedo. La honestidad es un rol que no aprendió a llevar con firmeza. El traidor no tiene un nivel de valores equilibrado y mucho menos madurez emocional, mentir es más fácil a ser él mismo, así como sentirse inferior. Un traidor es sólo un ser lleno de miedo y prejuicios que maneja mal sus emociones.

Por ello, existe un claro nexo entre la traición y la cobardía. La cobardía es sinónimo de traición. La cobardía no solo se refiere a la carencia de valor o entereza de ánimo, sino que, como decía Montesquieu, “es la madre de la crueldad” . El cobarde suele ser una persona tímida, pusilánime, medrosa, que carece de espíritu, que se defiende amparándose en la muchedumbre, incapaz de resolver su problema cara a cara. Es un ser infame, indigno, miserable y vil. Su arma es el puñal oculto escondido tras la mejor sonrisa, adornada de un cariño ficticio, que no duda en sacar cuando más desprevenida está su víctima. Dice un proverbio chino: “Es fácil esquivar la lanza, más no el puñal oculto”.

El camino no es ni la trampa, ni la mentira, ni esconderse de uno mismo que sólo nos conduce a una profunda confusión, angustia e infelicidad. Sólo la verdad y la honestidad evitarán que carguemos con un peso inútil que nos envejece y enferma.


Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com