domingo, 11 de mayo de 2008

LA DEBILIDAD COMO ARMA

Después de 6 días de secuestro en aguas de Somalia, los 26 tripulantes del “Playa de Bakio” fueron liberados una vez abonado el rescate exigido. Inicialmente el Gobierno no quiso afirmar ni desmentir si se había pagado por su liberación aclarando que “no sólo se ha solucionado felizmente el caso”, sino que “hemos sentado las bases para que no vuelva a ocurrir algo similar”. Sobre la primera afirmación, reconozco que el objetivo se cumplió, pues lo prioritario era liberar a los secuestrados; sobre la segunda, mucho me temo no compartir ese optimismo. Quizá hayamos sentado el precedente de que vuelva a ocurrir dado lo bien que les ha salido a los secuestradores. Se habla del pago de 1,2 millones de dólares (800.000 € = 133.- MM de las antiguas pesetas).

Creo que lo menos relevante es quien pagó el rescate pues las vidas humanas no tienen precio. Quizá es mejor pagar para después perseguir y conseguir la detención de los piratas, como hizo Francia. El Gobierno ha argumentado que no ha podido hacer lo mismo porque Francia mantiene en Somalia, una base militar y fuerzas suficientes y España no; y también porque, cualquier acción contra los secuestradores hubiese supuesto un riesgo para otros pesqueros que faenan en esas aguas. Estas respuestas no convencen a nadie. Francia nos hubiera ayudado militarmente como nos ayuda en la lucha antiterrorista si se lo hubiéramos pedido, y no está claro que una falta de reacción contundente beneficie a otros pesqueros españoles, sino todo lo contrario. Prueba de ello es que, al poco tiempo de la liberación del “Playa de Bakio”, ya estaban intentando repetir la jugada que impidió nuestra Fragata “Méndez Núñez”.

Desde el momento inicial del secuestro el Gobierno constituyó el llamado “Gabinete de crisis” que excluyó cualquier medida de fuerza contra los piratas. Envió a la fragata “Méndez Núñez” que es una auténtica joya naval, una de las más avanzadas de Europa, con tecnología puntera, artillería poderosa, silos para misiles, dirección de tiro sofisticada muy superior a las Armadas europeas, un helicóptero preparado para la intervención, y un destacamento de fuerzas especiales de Infantería de Marina. También figuraba un grupo especial de intervención rápida (GEOS). Por lo tanto, el buque iba armado con sus dotaciones completas, y listo para una intervención --no lo olvidemos— en aguas internacionales, que no hubiera supuesto ningún enfrentamiento con ningún país.

Una cosa es salvaguardar la vida de los pescadores, evidentemente la prioridad, y otra ceder a un chantaje terrorista en aguas internacionales. Ha sido una cesión a unos delincuentes y terroristas que ya saben de la debilidad de nuestro Gobierno. La no intervención no evita el riesgo que la acción no se repita. Porque, ¿qué pensaríamos si la policía renunciara a detener a los delincuentes, y prefiriera pactar con ellos? El Estado, el Gobierno no puede renunciar a la dignidad. Quizá un día de estos nos desayunemos con la noticia de que los secuestradores han sido detenidos. ¡Ojalá!.


Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com