martes, 1 de septiembre de 2015

ASÍ NO HAY JUSTICIA

En el ánimo del ciudadano de a pie está instalada la creencia de que la justicia, no es igual para todos, ni es tan diligente con depende qué asuntos. Ya de por sí, nuestra justicia es lenta y parsimoniosa, quizá porque interesa a algunos. Se cambian jueces por conveniencia y algunas de las sentencias dictadas, cuando se recurren, se dictamina una resolución totalmente contraria. Existe disparidad de criterios a la hora de impartir eso….: Justicia. Resulta incomprensible que la vecina de Fuerteventura, Josefa Hernández, de 62 años haya ingresado en prisión (ya excarcelada) para cumplir una pena de seis meses por no derribar su casa, que cuidaba a tres nietos menores a su cargo, y que toda una familia vivía a su costa con su exigua pensión, y por contra, a estas alturas del partido, todavía siga pendiente de sentencia el juicio contra el Sr. Urdangarín,  el caso Bárcenas, o el caso Gúrtel entre otros.

            Ya sabíamos que la justicia en España es lenta y muy garantista; pero se enquista demasiado en los casos de corrupción. De hecho, desde el poder judicial se reconoce y se reclaman más recursos para acabar con esta laxitud. No se deparan ni se escatiman gastos en la adquisición de radares, en el mantenimiento y mejora de últimas tecnologías en Hacienda, pero sí en la necesaria modernización de la justicia. El resultado es que las sentencias se demoran tanto que, cuando se pronuncian, muchos delitos han prescrito. Las causas de corrupción se llevan años y años en los Tribunales; por ejemplo, del Caso Malaya se tienen las primeras noticias en 2005 y no es hasta noviembre del 2014, cuando algunas imputadas y condenadas entran en prisión. Son 5 años de instrucción, 3 de juicio y un año más para saber la sentencia. En el caso de los ERES de Andalucía, además de apartar a la juez Alaya, la Fiscalía ha solicitado que se separe en 200 piezas pues se considera inabarcable y se teme, que los delitos prescriban por la demora de la investigación. Y del caso Gürtel llevamos más de 7 años y cuando ha comenzado el juicio, se suspende hasta después de las elecciones municipales que se celebraron hace ya más de 2 meses y aún no se ha reanudado.

            La prensa nacional afirma que existen más de 1.900 causas abiertas por corrupción, más de 641 imputados, de los cuales 270 pertenecen exclusivamente a los ERES de Andalucía, y tan sólo una veintena de personas cumpliendo condena en la cárcel; un total de 170 condenados aunque casi ninguno está en prisión, bien porque pagaron multas o porque las penas eran insuficientes para entrar, o tenían más causas pendientes de juicio.  Hemos conocido el caso de las Tarjetas Black, con los consejeros de Bankia que se gastaron 15 millones de euros de manera irregular en plena crisis financiera que, de rebote, resucitó el caso Bárcenas. Toda la familia Pujol donde algunos están acusados de blanqueo de capitales y fraude fiscal....... Bueno pues ni el Sr. Blesa, ni el Sr. Rato, ni la familia Pujol, han sido merecedores de medidas preventivas; en el caso Blesa, se ha defenestrado al juez mientras que el ex presidente de Caja Madrid está de vacaciones. Eso sí, la ciudadana de Fuerteventura, condenada a seis meses, merecía ir a la cárcel ya, de inmediato.

            La Gürtel, apellido del supuesto cabecilla en alemán, Francisco Correa, se inicia en Noviembre de 2007 y no ha sido hasta  marzo de 2015 cuando se ha celebrado la primera sesión del juicio, que se ha decidido aplazar hasta junio de este año, justo cuando estaba prevista la constitución de las nuevas Cortes Valencianas. Así, entre otras cuestiones se evita que declaren dos ex-conselleras en medio de la campaña electoral, ya que estaban previstas para el 15 de mayo. De momento, han pasado ya casi 7 años y seguimos esperando. Lo peor es que existen otras cinco piezas separadas de este caso. Quizá, la más llamativa es la Contabilidad B o Papeles de Bárcenas. El caso de los ERES no se queda atrás. Su origen está en una investigación de corrupción de una empresa, Mercasevilla, donde se detectaron prejubilaciones fraudulentas en 2003. La instrucción comienza en  2011 y dura hasta la actualidad. Ya se han cubierto 300.000 folios y aún quedan varios años más de instrucción por la complejidad del caso. Y además, se teme que los delitos prescriban. El presidente del Tribunal Supremo ha dicho que las leyes que regulan los procesos penales en España están previstas para los “robagallinas”, pero no para los grandes defraudadores. Con esta frase, se estaba refiriendo, sin duda, a todos los casos anteriormente expuestos, y también a Núñez, ex presidente del Barça, o a Fabra, el del aeropuerto sin aviones, que ya han sido juzgados y condenados. Pero han pasado más de diez años desde que cometieron los hechos delictivos hasta que la condena ha sido firme.

            Una justicia lenta no es justicia. Frente a la gran delincuencia económica y de la corrupción no existen suficientes medios en los servicios de la Hacienda Pública para un implacable y total control preventivo de sus defraudaciones, ni para investigar el turbio origen de sus fortunas, y sus correspondientes delitos. Por esta razón a los juzgados no llega toda la información necesaria para la adecuada instrucción y enjuiciamiento de esa compleja delincuencia financiera. Y si llegara, los juzgados no disponen de suficientes medios para asumir ese ingente trabajo. De todo ello deriva la lentitud insoportable de la justicia. Es necesaria una reforma de las leyes que regulan el proceso penal, venciendo las insuficiencias de su organización más que centenaria. Es necesaria una voluntad política de tolerancia cero frente a la gran delincuencia económica y de corrupción, dotando a los servicios de investigación de medios suficientes, dependientes efectivamente de los jueces, libres de toda sospecha de dependencia o mediatización del Gobierno de turno.

Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com