lunes, 9 de noviembre de 2009

ANGUSTIOSA ESPERA


Son ya muchos días que dura el secuestro del “Alakrana”. La angustia que sufren los secuestrados y sus familias no puede dilatarse por más tiempo. La preocupación lógica de las familias que ve cómo pasan los días sin llegar a una solución, y el desánimo que ya ha calado hondo en su tripulación por el lento discurrir de las negociaciones diplomáticas, necesitan sin demora una salida que pase, prioritariamente, por el regreso a casa de su tripulación sanos y salvos. Las acciones irrenunciables que, posteriormente, puedan iniciarse para combatir a estos delincuentes , deben quedar relegadas a un segundo término.

Mientras aquí nos enfrascamos en el dilema de si uno de los piratas detenidos unos días es mayor y otros es menor de edad, y nos pasamos todo el tiempo haciendo radiografías a uno de los detenidos, las condiciones de vida en el barco son cada día peor. Estos piratas no son tan benévolos en el trato a los marineros: “Están cada vez más nerviosos, porque toman una droga que se llama ‘Kat’ que les pone muy agresivos; nos someten a amenazas y nos humillan constantemente escupiéndonos a la cara. Ya no tenemos agua y hay veces que nos tiran la comida por la borda”. Son las angustiosas declaraciones del patrón Ricardo Blach. El hecho de que les dejen atender algunas llamadas no es un gesto de humanidad, ni mucho menos; los piratas son conscientes del poder de los medios de comunicación y lo utilizan como una forma de presión.

Lo que en principio parecía un éxito de nuestra armada, se ha convertido en un gran lío porque la detención de dos de los piratas, está suponiendo un serio hándicap para la liberación de los secuestrados. “Ellos siempre quisieron el dinero y a esos dos” –subraya Blach--, y asegura que “cuando los devuelvan y paguemos, nos dejan ir; porque no les vale que sus compinches sean puestos a disposición de las autoridades de Kenia”. Mientras, los buques españoles continúan expectantes, sin que sepamos si pueden asegurar la veracidad del traslado a tierra de tres de los marineros, y su retorno al buque. A la falta de información concreta, se añade la triste situación de Somalia: un país roto y destruido que no se sabe quien manda.

Quizá hayamos perdido mucho tiempo atendiendo a los disparates de la ley del menor, y el absurdo de la consideración legal de la minoría de edad. La consideración de mayor o menor lo debe marcar la magnitud del delito, no quien lo comete. Todos sabemos que una persona de 16 años, es capaz de cometer la mayor atrocidad: (caso de Sandra Palo). Secuestrar un barco no es cosa de niños; por lo que lo perfectamente legal puede convertirse, en la práctica, en una cosa de locos. Pero este es un tema de reflexión que merece una consideración aparte.

Espero y deseo que, cuando este artículo salga a la luz, se haya solucionado lo prioritario de este secuestro: la liberación de los 36 tripulantes del “Alakrana”. No nos queda otra que confiar en los responsables de las negociaciones para su resolución satisfactoria. Ojala se resuelva este conflicto sin lamentar ningún tipo de desgracia personal ni mediante tragedia alguna. Mis mejores deseos para los marineros y sus familias.


Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com

1 comentario:

  1. Gracias por tu comentario y me alegra que te guste.

    En relación a esta entrada solo quisiera hacer enfasis en la angustia tanto de las familias como de los secuestrados tiene que ser horrible.

    Desde aqui todo mi animo para ellos.

    Saludos

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