martes, 29 de abril de 2008

MODERNIZACION INAPLAZABLE



Arranca la nueva legislatura entre los clamores de los errores de la justicia. El caso de Mari Luz ha sido la gota que colmaba el vaso. Cuando se producen hechos fatales, es cuando se cuestionan los modelos. La verdad es que, en justicia, esto ha ocurrido siempre; se deja pasar la tormenta y luego nos olvidamos hasta la próxima vez. Ya es hora de poner en marcha una reforma y modernización inaplazable porque en 30 años de democracia, la justicia no ha conseguido progresar al mismo ritmo de otras instituciones. La reputación de la justicia ante la opinión es dramáticamente peor que otras instituciones públicas.

El portavoz del Consejo General del Poder Judicial, dice que nuestra justicia es uno de los sectores más abandonados: “Hace aguas y no está a la altura de las necesidades de los ciudadanos”. Lo cierto es que sólo se han ocupado –éste y anteriores gobiernos—de reformar los órganos de poder, repartirse los cargos, y enzarzarse en querellas partidistas para su control. Lo que el ciudadano reclama es una justicia imparcial e independiente, con responsabilidad y eficacia, pues hay quien se resiste a admitir que, en un Estado democrático, todo poder ha de ser responsable, y hay quien sigue negando su carácter de servicio; siendo éste la primera necesidad de quienes esperan la protección de sus derechos.

La estructura actual de la justicia no responde a un país moderno, activo, universalizado. Es penoso ver la acumulación de expedientes y demás documentación que hemos visualizado recientemente. Los jueces están desbordados, los procesos se hacen lentos, y las sentencias firmes se dilatan de forma escandalosa. Somos un país que más leyes tiene, pero existe una nula eficacia en llevar a cabo un seguimiento en el cumplimiento de las sentencias. Existen graves carencias materiales y personales que deben subsanarse. Es necesario planificar una fuerte inversión en un ambicioso plan de nuevas tecnologías, reorganización de juzgados, redistribución territorial de competencias, coalición amplia de profesionales y expertos que aporten experiencias de transformación, incluidas las Comunidades Autónomas.

Es inaplazable dotar de medios y forjar esta coalición positiva, e imprescindible para convertir al país de la justicia responsable y eficiente que necesita. Antes se prefirió dotar en su escaño a los Sres. Diputados de Ordenador individual, teléfono, etc. ¿Era imprescindible?

Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com

viernes, 11 de abril de 2008

LIBERTAD Y DIGNIDAD HUMANA




Las imágenes ofrecidas de la ciudadana francesa Chantal Sébire, de 52 años, maestra, madre de 3 hijos, que padecía un tumor maligno e incurable que le afectaba toda la cara, han sido sobrecogedoras. Esta ciudadana francesa había solicitado permiso a las autoridades de su país para que la ayudaran a morir, pues el diagnóstico era que, dicho tumor, la acabaría matando sufriendo terribles dolores, por lo que no tenía sentido prolongar su agonía y entendió que su proyecto de vida había concluido. Últimamente no podía ver bien, y había perdido el gusto y el olfato. Ante la negativa a su solicitud, Chantal apareció muerta en su domicilio por ingestión, en dosis mortal, de “Pentobarbital”; un barbitúrico no disponible en farmacias que se utiliza en el sector veterinario.


Este hecho ha suscitado de nuevo la polémica sobre la eutanasia, y de nuevo surgen los detractores y los que están a favor. Personalmente declaro que mi opinión no está influenciada por ningún motivo religioso, económico, ni político, pues considero que, por encima de estos temas, está la libertad individual, cuya soberanía radica en el propio individuo, el derecho inalienable de cada ser humano a vivir y morir con dignidad.

Existen varios tipos de eutanasia pero sólo voy a referirme a las que se puedan aplicar a enfermos terminales, sin ningún tipo de esperanza. Todos tenemos experiencia de vivir o haber vivido la enfermedad mortal de un ser querido sometido a múltiples tratamientos, prolongando su vida a expensas de un sufrimiento innecesario y nula calidad de vida.

Alguien dirá: “Una cosa es morir y otra matar”; “ningún médico puede desistir de la asistencia médica a un paciente y menos quitarle la vida”. Es evidente que la asistencia médica debe dirigirse a salvar la vida, no escatimando medios para su logro, sin embargo muchos médicos reconocen que, en muchos casos, se prolonga la vida del paciente a expensas de un sufrimiento innecesario y sin ninguna posibilidad futura. Si se desconectara la máquina, o dejaran de suministrar el tratamiento que les mantiene con vida (artificialmente), morirían sin remedio. En estas situaciones, ¿debemos prolongar la vida a cualquier precio? ¿Es humano permitir que continúe esa agonía insoportable? Lo curioso es que, cualquier paciente, puede y tiene derecho a renunciar a un tratamiento. Nadie puede obligarle a aceptarlo, aun a expensas de su propia vida. ¿No es esto una forma de dejarle morir?

Además de un problema médico, político o social, la eutanasia adquiere una dimensión moral. La Iglesia también se pronuncia: “Nada ni nadie puede autorizar la muerte de un ser humano inocente”. “La eutanasia implica matar a un ser querido por Dios que vela por su vida y por su muerte”; “es un grave pecado que atenta contra el hombre y contra Dios”. Es la misma Iglesia que no condena, en toda circunstancia las guerras --donde mueren los más inocentes-- y la pena de muerte, y en cambio exalta el martirio. ¿Por qué se empeña en que el dolor y el sufrimiento gratuito nos fortalecen? ¿Nos fortalece?, ¿de qué?

Estoy seguro de que en España, si se hiciera una consulta popular sobre la regulación de la eutanasia, similar a la existente en Bélgica, Holanda y Suiza, la mayoría la aprobaría.

El derecho de las personas a vivir y morir dignamente, se relaciona estrechamente con el principio de autonomía personal; por lo que no existe derecho más importante que el de cada individuo a estar en posesión y control de su propia persona, libre de toda restricción o interferencia de otros. La dignidad humana sin este derecho, estaría desprovista de contenido. Ninguna persona renuncia a la vida si ésta mereciera conservarse.


Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com

jueves, 3 de abril de 2008

NO ME SALEN LAS CUENTAS

NO ME SALEN LAS CUENTAS


Mucha gente habla que vivimos una crisis económica. Otros dicen que no existe tal crisis, sino que se trata de una desaceleración momentánea y pasajera. No se qué será, pero es evidente que vivimos un porcentaje de inflación importante que se traduce en una salvaje subida de precios en productos de primera necesidad, subida incesante de los tipos de interés que ha originado un mayor endeudamiento familiar y que, según los entendidos, esto daría lugar a una serie de acontecimientos tales como: reducción del consumo con especial incidencia en turismo, ocio, coches, electrodomésticos, ordenadores, etc., aumento del paro, incremento de la morosidad que nos lleva a una mayor dificultad para acceder a financiación personal y empresarial, etc.

Vivimos en un país donde el mayor protagonismo económico han sido la construcción y el turismo, y no hemos potenciado ni desarrollado nuestra industria. La mayoría de los productos que necesitamos los tenemos que importar. Fabricamos muy poco, y nos interesa más comprar fuera porque nos sale más barato. Nos hemos convertido en un país de servicios con un problema importante de productividad. No sabemos adelantarnos a los acontecimientos venideros; cuando algún segmento de nuestra economía va mal y se resiente: subvención que te crió. Parcheamos las crisis mediante todo tipo de subvenciones, y esto no es bueno.

Nos hemos pasado varios años creciendo muy por encima de la media de la Unión Europea, y es imposible crecer al ritmo que lo hacíamos antes si nuestra economía se sigue sosteniendo sobre estos pilares. Pero, independientemente de la existencia o no de una crisis, y de las posibles soluciones a la misma, a mí no me salen las cuentas.

Y no me salen las cuentas porque cualquiera ha podido comprobar, en estas recientes vacaciones de Semana Santa, que han circulado por nuestras carreteras más de 15 Millones de vehículos, que suponen 700.000.- desplazamientos más que el año anterior; y eso al precio que están los carburantes. La ocupación hotelera también ha sido muy satisfactoria, y eso que el tiempo no ha acompañado, sin mencionar que los restaurantes (baratos y caros), han trabajado al 100%. Igual comportamiento han experimentado otros lugares de ocio (cines, bares, boleras, etc.), con gran afluencia de público. Y es que no estamos dispuestos a renunciar a nuestros espacios de ocio aunque no tengamos dinero. Ya tendremos tiempo de “negociar” con el Banco los descubiertos en cuenta, y los excesos de nuestra tarjeta de crédito.

Salvo determinadas profesiones en que los ingresos pueden ser variables, la mayoría de los trabajadores viven de un sueldo fijo. Esto sitúa la salud económica de la familia en el terreno del gasto. Existen gastos fijos como el pago de la hipoteca, colegio, comunidad de vecinos, que se suelen mantener inalterables en un año; y los gastos variables tales como: luz, gas, agua, teléfono, alimentación, fácilmente previsibles. Me parece que, una vez hechas las necesarias previsiones, poco queda para el ocio; por eso no me salen las cuentas.

No obstante, es un consuelo comprobar que la cienmileurista-presidenta, Esperanza Aguirre, dice en su biografía: “No tener pagas extras me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!”. No me extraña porque 8.395,24 € al mes se te van volando.



Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com