jueves, 3 de abril de 2008

NO ME SALEN LAS CUENTAS

NO ME SALEN LAS CUENTAS


Mucha gente habla que vivimos una crisis económica. Otros dicen que no existe tal crisis, sino que se trata de una desaceleración momentánea y pasajera. No se qué será, pero es evidente que vivimos un porcentaje de inflación importante que se traduce en una salvaje subida de precios en productos de primera necesidad, subida incesante de los tipos de interés que ha originado un mayor endeudamiento familiar y que, según los entendidos, esto daría lugar a una serie de acontecimientos tales como: reducción del consumo con especial incidencia en turismo, ocio, coches, electrodomésticos, ordenadores, etc., aumento del paro, incremento de la morosidad que nos lleva a una mayor dificultad para acceder a financiación personal y empresarial, etc.

Vivimos en un país donde el mayor protagonismo económico han sido la construcción y el turismo, y no hemos potenciado ni desarrollado nuestra industria. La mayoría de los productos que necesitamos los tenemos que importar. Fabricamos muy poco, y nos interesa más comprar fuera porque nos sale más barato. Nos hemos convertido en un país de servicios con un problema importante de productividad. No sabemos adelantarnos a los acontecimientos venideros; cuando algún segmento de nuestra economía va mal y se resiente: subvención que te crió. Parcheamos las crisis mediante todo tipo de subvenciones, y esto no es bueno.

Nos hemos pasado varios años creciendo muy por encima de la media de la Unión Europea, y es imposible crecer al ritmo que lo hacíamos antes si nuestra economía se sigue sosteniendo sobre estos pilares. Pero, independientemente de la existencia o no de una crisis, y de las posibles soluciones a la misma, a mí no me salen las cuentas.

Y no me salen las cuentas porque cualquiera ha podido comprobar, en estas recientes vacaciones de Semana Santa, que han circulado por nuestras carreteras más de 15 Millones de vehículos, que suponen 700.000.- desplazamientos más que el año anterior; y eso al precio que están los carburantes. La ocupación hotelera también ha sido muy satisfactoria, y eso que el tiempo no ha acompañado, sin mencionar que los restaurantes (baratos y caros), han trabajado al 100%. Igual comportamiento han experimentado otros lugares de ocio (cines, bares, boleras, etc.), con gran afluencia de público. Y es que no estamos dispuestos a renunciar a nuestros espacios de ocio aunque no tengamos dinero. Ya tendremos tiempo de “negociar” con el Banco los descubiertos en cuenta, y los excesos de nuestra tarjeta de crédito.

Salvo determinadas profesiones en que los ingresos pueden ser variables, la mayoría de los trabajadores viven de un sueldo fijo. Esto sitúa la salud económica de la familia en el terreno del gasto. Existen gastos fijos como el pago de la hipoteca, colegio, comunidad de vecinos, que se suelen mantener inalterables en un año; y los gastos variables tales como: luz, gas, agua, teléfono, alimentación, fácilmente previsibles. Me parece que, una vez hechas las necesarias previsiones, poco queda para el ocio; por eso no me salen las cuentas.

No obstante, es un consuelo comprobar que la cienmileurista-presidenta, Esperanza Aguirre, dice en su biografía: “No tener pagas extras me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!”. No me extraña porque 8.395,24 € al mes se te van volando.



Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com






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