jueves, 5 de mayo de 2011

CAMPAÑA ELECTORAL

Prácticamente ya ha comenzado la campaña electoral y estarán a punto de celebrarse las próximas elecciones autonómicas y locales del 22 de mayo. A partir de hoy, --aunque bien mirado siempre estamos en campaña-- sufriremos día a día la invasión de los distintos candidatos solicitando nuestro voto. Todos coincidirán en que, a partir del próximo 22 de mayo, nos van a arreglar nuestros problemas; nos dirán que, cada uno de ellos, tiene la solución para que se terminen nuestras penalidades. Prometen, ofertan, y rivalizan a ver quién es más osado, ocurrente y original en sus propuestas, porque los mítines son la forma más democrática de perder el tiempo y de derrochar esfuerzo y dinero.

Como toda campaña electoral va a existir un despliegue extraordinario de logística: (transporte, movilización de simpatizantes, montaje, acondicionamiento del lugar, etc.), con el consiguiente costo de hoteles, dietas, medios de transporte, y bombardeo constante en todas las TVs. Este dinero no crea que sale del bolsillo de los candidatos, nada de eso. El Estado, es decir, todos nosotros, subvencionará con un buen pellizco cada escaño o acta de concejal conseguido.

Nos inundarán con promesas de difícil digestión intelectual, que caducarán al día siguiente posterior a las elecciones. Los políticos no son previsores. Viven de la inmediatez. Es más apropiado decir una chorrada desternillante a tiempo para provocar una risotada, que decir algo con verdadero sentido. Se enquistan en criticar los errores del contrario y, lo lamentable, es que siguen sin exponer apenas reflexiones hondas con objetivos realmente realizables a los sufridos copartícipes de un mitin.
Es el oportunismo político reiterativo y pertinaz donde aprovechan para decir lo que queremos oír. Nos venden su propaganda como charlatanes de mercadillo. Requieren nuestro voto en base a la descalificación del contrario, no a los logros propios conseguidos, y ofenden a nuestra inteligencia con tanta frase ocurrente y graciosa. Dentro de poco nos veremos inundados de su propaganda y recibiremos en nuestro buzón, el papel con la lista para votar, pero no recibiremos, por ejemplo, ningún ejemplar de sus programas: ¿Para qué? Les invito a consultar los programas de cada convocatoria; verán que las promesas se repiten, que cada cuatro años no varían. ¿Por qué no se cumplen casi nunca? Pero, en política, ya no es como antes. Ya no vale todo. Los ciudadanos saben que algunas promesas son imposibles de cumplir, y sólo van dedicadas a conseguir votos.

Aún así, hay que dejar una luz para la esperanza. Me gustaría que esta campaña fuese una explicación pensada de los distintos programas, que podamos cotejar los mensajes de nuestros candidatos; abramos una ventana de aire fresco para ejercer la moderación, el debate de ideas para que podamos elegir la opinión más sabia, las más austera, sin florituras ni aspavientos; aquella que sea más esencial –o lo parezca--; la que, en definitiva, nos convierta en personas que piensan con generosidad en el bien de todos.


Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com

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