domingo, 1 de noviembre de 2015

PUERTAS GIRATORIAS

Se conoce como puerta giratoria al movimiento de altos cargos entre el sector público, el sector privado y viceversa. El término "puerta giratoria" toma un sentido especialmente peyorativo en la medida que se aplica a funcionarios que pasan de una administración que ejerce el control sobre una industria en particular a una empresa de dicha industria. En determinados países, esta práctica está sujeta a regulación o es considerada un delito. En España existe una ley de incompatibilidades vigente del año 2006 que regula los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno y de los altos cargos de la Administración General del Estado. Según esta ley, los altos cargos que abandonen su puesto tienen un periodo de dos años (no siempre se ha cumplido),  en los que existen una serie de limitaciones a la asunción de responsabilidades en empresas privadas, así como la obligación de presentar ante la "oficina de conflicto de intereses" un informe acerca de las actividades a realizar; además, deben abstenerse de realizar cualquier actividad que guarde relación con las responsabilidades ejercidas en el cargo público anteriormente ejercido.

             El fenómeno de las puertas giratorias surgió en España desde los primeros días de la democracia,  pero se ha extendido y acentuado en los últimos años hasta alcanzar niveles alarmantes para el sistema. Consiste en la recolocación de los altos cargos de la Administración pública en empresas privadas en las que perciben sueldos astronómicos a cambio de sus conocimientos de los asuntos públicos y sus relaciones políticas. En definitiva, no es más que un “premio” por los “servicios prestados” cuando estaban ejerciendo su cargo público; bien porque no se desarrolló durante su mandato normativa lesiva para esas empresas,  o no se promulgaron leyes que las perjudicaran; o bien se le hubiese adjudicado en algún momento un contrato o una determinada concesión por un organismo del Estado. En definitiva, es otro modo más de corrupción política.

             Hoy día, la mayoría de las empresas que conforman el llamado Ibex 35 tienen en sus nóminas a alguno de los personajes que han ocupado un puesto relevante en el aparato del Estado. A ninguno de ellos, los he visto ni escuchado que dijeran algo en contra de las medidas restrictivas de derechos que hemos sufrido los que en este país pertenecemos a la llamada clase trabajadora. Ni el más mínimo guiño de complicidad con aquellos que más han sufrido y siguen sufriendo los recortes establecidos en las distintas reformas llevadas a cabo por los dos partidos que han gobernado este País: PSOE y PP; más bien diría todo lo contrario, es decir, justificaban una y otra vez que esas medidas tan antisociales e injustas eran necesarias para salir de la crisis, cuando la misma la han producido los mismos políticos que dirigieron los últimos gobiernos de España, y en consecuencia, eran los que sustentaban a las direcciones de las multinacionales que hoy ocupan esos puestos en las empresas privadas, con unos sueldos que con toda seguridad no les impiden sufrir las consecuencias de la crisis. Absolutamente inmoral, en el mejor de los casos, este privilegio de la casta dirigente se ha convertido, tristemente, en una habitualidad dentro de nuestra vida pública.

            La lista de los políticos que, una vez han dejado de ejercer,  han pasado a empresas privadas, es tan dilatada como sospechosa pues se trata de empresas que, en su mayoría, han sido beneficiarias de adjudicaciones y gestión del sector público cuando esos mismos políticos gestionaban bajo su responsabilidad ese sector. Enagás, Abengoa, Endesa, Iberdrola y Red Eléctrica concentran el 71%. Un total de 36 consejeros se reparten en 16 empresas del colectivo. El sector que más abunda es el de la Energía. ¿Alguna vez se han preguntado, por qué ha subido la luz más del 70% en los últimos 5 años? La última personalidad en subirse al carro recientemente, ha sido Yolanda Barcina, presidenta del Gobierno de Navarra hasta este año que ha “fichado” por Telefónica como Consejera. Esta mujer es doctora en Farmacia y no creo sea ninguna eminencia en telecomunicaciones como para asesorar en este campo. Felipe González Márquez, que fue presidente del Gobierno hasta 1.996, cuya profesión es abogado laboralista, figura como consejero de Gas Natural; habiendo confesado él mismo que su labor allí era muy aburrida. Eso nos da una idea del nulo trabajo que desarrolla esta gente en esas empresas.

            Personajes como Carlos Solchaga, Pedro Solbes, Javier Solana, Elena Salgado, Jordi Sevilla, Josep Borrell (PSOE), y Josep Piqué, Ana Palacios, Ángel Acebes, Isabel Tocino, Marcelino Oreja, Eduardo Zaplana (P.P.),  son algunos de los que se han beneficiado en algún momento de las puertas giratorias pero hay muchos más. Parece que la política, (que sólo dura a lo máximo 8 años), es un trampolín para otro destino sin responsabilidades y con buen sueldo. Mientras tanto, obreros al paro, agricultores que cobran por debajo de los costes de producción, ganaderos asfixiados por las distribuidoras, consumidores sin capacidad de compra, el paro escandaloso, los bancos con ganancias millonarias, salarios ridículos, explotación laboral, incumplimientos de la normativa laboral por doquier,....PERO ESO NO LO ARREGLA NADIE. Favorecer a los señoritos de la política española es la prioridad. Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad.

Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com


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