viernes, 9 de noviembre de 2007

EL CIRCO MEDIATICO

EL CIRCO MEDIATICO

En estos días los medios de comunicación: televisión, prensa, radio, etc., están saturados con la noticia de la agresión sufrida en el Metro de Barcelona por una joven menor ecuatoriana, a manos de un desaprensivo. Las imágenes mostradas no dan lugar a otra interpretación que no sea la de condenar enérgicamente este hecho, merecedor del más amplio castigo que contemplen nuestras leyes. Desde distintos ámbitos y, mayormente, desde círculos cercanos a la joven agredida, se ha solicitado “se le aplique la mayor pena posible de cárcel”. También desde su País, nos llegan declaraciones de toda clase donde se ha llegado a poner en duda la tolerancia de los españoles ante los emigrantes ecuatorianos.

Una vez más se hace realidad el dicho de que “una imagen vale más que mil palabras”. La visualización de la agresión ha supuesto que su autor obtenga un excesivo protagonismo, creándose tal circo mediático, que los distintos medios de comunicación rivalizaban para obtener la última información y declaración, no sólo del propio agresor, sino de vecinos, amigos y familiares cercanos. A tal extremo ha trascendido, que ha merecido la atención, con viaje incluido, de la Ministra de Exteriores de Ecuador, y declaraciones precisas de su Presidente: Sr. Correa.

Ante todo, manifiesto una vez más, mi más firme repulsa por la actuación de Sergi Xavier Martín (así se llama este individuo); solidarizándome plenamente con la joven ecuatoriana agredida, deseando su pronta recuperación física y psíquica. Dicho esto, no debemos olvidar que, por encima de lo que podamos desear, el autor de esta salvaje agresión tiene que ser juzgado de acuerdo con nuestras leyes actualmente en vigor. Por ello, el juez, atendiendo a los argumentos del abogado defensor, le ha imputado un delito de trato degradante, con el agravante de xenofobia, pero considera los hechos no graves como para encarcelarlo. Le ha dejado en libertad con cargos, con la orden de que no puede abandonar la localidad, que se presente cada 15 días al juzgado, y que no viaje en la línea de Metro donde se produjo la agresión.

Nos guste o no, estas son las leyes que tenemos. Así legislan nuestros políticos. Pero, no nos engañemos, agresiones como ésta se suceden por decenas todos los días en cualquier ciudad española. Incluso mucho más violentas y con resultados mucho más penosos, sin que merezcan el clásico comentario enunciativo. Martín es un descerebrado que no representa a la mayoría de los españoles, por lo que no se puede juzgar a todos por el comportamiento de un individuo.

Por ello, hay que ser prudentes con las declaraciones que provienen, sobre todo, de personas políticamente relevantes. Hace ya unos meses, la policía desmanteló una de las bandas “Latin King”, deteniendo a sus responsables. La mayoría se encontraba en situación irregular en España (en torno al 40%), rondaban los 16-18 años (el 32%), y eran mayoritariamente ecuatorianos. Esta banda fue considerada “asociación ilícita” por un Tribunal de Madrid, y la Audiencia Provincial, adoptó la decisión judicial de condenar a 11 miembros, todos ecuatorianos, a penas de más de 3 años de prisión. Otro caso: Freddy Germán B. de 19 años, ecuatoriano, fue condenado por agresión sexual, lesiones, detención ilegal, amenazas, coacciones y violencia generalizada contra su novia, una joven española de 16 años (fue retenida 24 horas, tiempo durante el cual la agredió sexualmente). ¿Dónde estaba entonces la Ministra de Exteriores de Ecuador? No hizo ningún tipo de declaración, y por supuesto, no mereció que viajase a España.

También merece mención aparte, por desafortunadas, las palabras del Sr. Correa, Presidente de Ecuador: “Si el agresor quiere alguna vez recibir cariño, le invitamos a venir a nuestra patria, para que sepa lo que es convivir”. Mejor debería preocuparse por el bienestar y el progreso de sus compatriotas, que se ven obligados a emigrar huyendo de la pobreza para procurarse un mejor futuro.

Las conductas, vengan de donde vengan, hay que juzgarlas en la escala de su justa dimensión o daño. Creo que, entre todos, hemos conseguido un nivel de convivencia plenamente satisfactorio, donde todos tienen cabida, aunque siempre haya excepciones que la empañen. Y los que tienen que dar ejemplo, por su mayor responsabilidad, son los dirigentes políticos.

Miguel F. Canser

1 comentario:

  1. Hola Miguel. La verdad es que tenias razón, coincidimos en este artículo que casualmente hemos titulado igual aunque me parece tú entras más de lleno en el asunto. Me alegra saber que hay gente que apoya mi teoría del circo mediático. Un saludo

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