Han pasado cuatro años desde que decidí
escribir sobre la telebasura televisiva que cada día nos invade más. Cuando me
refiero a la telebasura, no sólo me estoy fijando en programas del mal llamado
contenido “rosa”, pues hay tertulias y debates sobre actualidad política, que
dan el mismo espectáculo bochornoso que esos; aunque, efectivamente, la palma
se la llevan contenidos que todos tenemos en mente: “Sálvame”, “GHVIP”,
etc. En ese artículo, decía que la
“telebasura” se caracteriza por los personajes que exhibe, los asuntos que
aborda, el poco o ningún respeto a la vida privada o a la intimidad de las
personas; por el desprecio de la dignidad que toda persona merece, recurriendo a
la utilización de un lenguaje chillón, grosero e impúdico; queriendo convertir
en espectáculo la mala educación y utilizando la vida de determinados
personajes que, generalmente, se prestan a ser vilipendiadas y manipuladas, a
cambio de celebridad y prestación económica. Prima el mal gusto, el enfrentamiento
personal, el insulto y la denigración de los participantes.
Hace días leí
una interpelación que hizo el presentador Jorge Javier Vázquez en los medios,
respondiendo a una crítica a su programa de Arturo Pérez Reverte. Por cierto,
el señor Vázquez debe vivir en Telecinco, porque no sale de ahí. Reverte dijo que el analfabetismo de la
sociedad española hoy en día es una mera elección, y para ejemplificar estas
palabras dijo: "Quien es analfabeto hoy es porque quiere, quien ve
'Sálvame' en vez de 'Salvados' es
porque quiere, nadie le obliga, ahora es voluntario". El presentador de
“Sálvame” respondió, después de haber escuchado las palabras de Reverte: “¡¡Qué
bien habla!!”. “Es tan antiguo, lo escucho y me parece estar escuchando a una
persona en sepia y no a color"; calificando la teoría del catedrático como
una "idiotez" ya que, según afirma: "esa historia se va a tomar
por saco cuando una sola persona que vea 'Salvados' vea 'Sálvame'; defendiendo que se trata de un programa
exclusivamente de entretenimiento y que, a veces, “roza lo mágico”.
No soy amigo de
erigirme en portavoz de lo que se debe ver y lo que no se debe ver, de lo que
hay que leer y lo que no; de lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer, y
respeto profundamente a las personas que ven ese tipo de programas. Y en el
caso que nos ocupa, basta un gesto tan sencillo como apretar un botón para ver
otra cosa o apagar el televisor. Ahora bien, una cosa es eso, y otra atribuirse
cualidades y virtudes que brillan por su ausencia. A veces estamos tan inmersos
en nuestro día a día, tan elogiados por nuestro quehacer diario, tan elevados
en el pedestal de la fama, que somos incapaces de reconocer nuestros defectos y
limitaciones. Estoy convencido que, profesionalmente, el Sr. Vázquez hubiera
preferido –-al menos eso creo-- conducir un programa como “Salvados” antes que
“Sálvame”; porque, ante todo, le considero un profesional del medio. Por ello,
sugiero al señor Vázquez que resetée un poco su ego, que respete a gente de
demostrada cultura, que no todo lo que se hace en televisión mantiene un mismo
nivel cualitativo, y que el programa que presenta se mueve en una fina línea
entre la dignidad y la ética.
El programa de Telecinco está en
el punto de mira de Competencia, pues ya tiene a sus espaldas varias
sanciones por sus contenidos y, a mediados de diciembre, emitió una resolución
en la que exigía a la cadena que
adecuara los contenidos de 'Sálvame diario' a la calificación por edades de su
horario. Mediaset contraatacó con la campaña 'Yo veo Sálvame' y el 17 de
diciembre Jorge Javier Vázquez irrumpió en directo en el programa para asegurar
que seguirán “luchando con todas las fuerzas para seguir aquí con vosotros”.
“Quieren destruirnos y echarnos de la tele”, dijo. Pretender defender un
programa donde bastan cinco minutos para apreciar cómo todos se insultan y
desprecian de manera obscena y vil, además de que resulta aburridísimo
preocuparse por la vida de personajes que no aportan nada más allá de su
supuesta fama, es suficiente para saber que eso no es ni entretenimiento ni es
nada. Esa es mi opinión, sin intentar influenciar en nadie y respetando a quien
le gusta.
Si en este país hubiera habido
muchos intelectuales que hubieran cantado las cuarenta, como Pérez Reverte, otro
gallo nos cantaría. Sólo tienes que hacer una lectura diagonal de los artículos
de Reverte para darte cuenta del excelente análisis crítico que hace de España
y de lo que hubiéramos ganado si hubiésemos reflexionado un porcentaje alto de
personas en este país. Por supuesto, J. Javier, mantendrá su programa mientras
tenga audiencia y sus jefes se lo permitan, pero de ahí a creerse guardián de
los valores del mundo televisivo, va un mundo.
Es necesario promocionar programas
donde imperen tres pilares básicos: información, formación y entretenimiento
que conduzcan al respeto de valores constitucionales como el derecho a la
veracidad, a la intimidad y a la dignidad de las personas.
Miguel F. Canser
www.cansermiguel.blogspot.com
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