Pero, no sólo están divididas nuestras fuerzas políticas que, al fin y al cabo, no es ninguna novedad, sino --y esto es lo peor-- que también existe una fuerte discrepancia entre la ciudadanía. Podíamos decir que se ha creado un problema donde no lo había. Se empezó en el pasado mes de agosto, con la creación de las zonas de bajas emisiones escolares (ZBE) aprovechando que la mayoría de los vecinos estaban de vacaciones y sus resultados los veremos a partir del 1º de enero de este año cuando entren en vigor. Habrá muchos automóviles que les estará prohibido circular por dichas zonas; incluso para llevar a sus hijos al colegio bajo amenaza de la sanción correspondiente. Y es que cumplir con la famosa Agenda 2030, hay que hacerlo poco a poco, sin que recaiga sobre el ciudadano toda la responsabilidad. Hay cosas que se necesita tiempo para implantarlas, sin prisas y que la nueva situación sea lo menos lesiva para todos.
La Agenda 2030 está integrada por 17 objetivos de desarrollo sostenible y 169 metas que, lógicamente, no vamos a enumerar. Suponen un nuevo reto de toda la comunidad internacional para lograr erradicar la pobreza, extender el acceso a los derechos humanos, lograr un desarrollo económico global sostenible y respetuoso con el planeta y los recursos que ofrece…... Bien. Perfecto. Y ¿creemos que, de aquí a 7 años, vamos a conseguir todo eso? No se lo cree nadie. El objetivo que persigue es necesario y compartido, pero su puesta en marcha no puede hacerse con prisas….. A lo nuestro: carriles bici y asfaltado de las calzadas todo junto. Y es que las elecciones están a la vuelta de la esquina, y después de casi cuatro años de inacción e inmovilismo, ahora quieren hacer todo de una vez.
Todos queremos una movilidad más sostenible y una ciudad libre de humos, pero no a costa de complicar la vida a los ripenses. La realidad es que vivimos en una ciudad dormitorio, donde la mayoría de sus habitantes trabajan fuera de la ciudad, lo que supone que la utilización del automóvil es muy necesaria y el transporte público por carretera muy deficitario; siendo necesario sacar el coche aunque sólo sea para dejarlo en el parking del Metro, pues la extensión de Rivas es tan grande, que no existe cerca una estación y no es operativo utilizarlo por los transbordos a efectuar. Los carriles bici se han puesto en muchas de las arterias principales que los vecinos deben usar para su día a día: comprar, ir a trabajar o llevar a los niños al colegio; sin olvidar a los repartidores que no tienen sitio para poder cargar y descargar sin perturbar la circulación normal. Se ha cercenado la libertad de movilidad, siendo el pequeño comercio el más perjudicado. Obligar a la gente a circular a 30 Km hora, requiere tiempo y una metodología constante a nivel informativo y pedagógico.
Mónica Carazo, portavoz del PSOE de Rivas Vaciamadrid y vicealcaldesa de la ciudad, ha dejado vislumbrar que “la red de carriles bici es un proyecto de nueva forma de movilidad sostenible; eso no significa que no se vayan a realizar cambios en el futuro. En todo caso, el proyecto será evaluado y revisado, para poder introducir las mejoras o modificaciones que sean necesarias”. Eso es lo correcto. La experiencia nos va a decir si fue acertado o no la implantación masiva de estos carriles. Lo que está claro es que el carril bici no debe provocar atascos como los que he vivido a nivel personal. Quizá se han copiado modelos de otros sitios que no tienen que ser los adecuados para Rivas. La bicicleta o el patinete eléctrico es un medio de transporte interesante, pero su utilización es minoritaria y recreativa, y no pueden ser la única apuesta de este Ayuntamiento. Además, cualquiera puede comprobar la infrautilización de estos carriles generalmente vacíos, siendo su ocupación muy testimonial.
Asimismo, la Portavoz de Podemos Rivas, Vanessa Millán, ha manifestado que “estos cambios que afectan al ciudadano deben darse poco a poco, buscando soluciones alternativas y minimizando los problemas, buscando soluciones efectivas que puedan generar los desplazamientos”. Pues eso, con informes técnicos precisos adecuados a una ciudad como la nuestra. Creo en la necesidad de tener unos carriles bici bien orientados, que no modifiquen y trastoquen en exceso el día a día de los ripenses, mejorando los ya existentes, sin necesidad de crear otros nuevos de esta envergadura a escasos 30 metros de los anteriores; porque modificar los hábitos para conseguir un beneficio ecológico y renunciar al coche, debe hacerse de forma pausada y con estudios detallados, reforzando el transporte público, sin que sea una imposición inquisitorial.
Miguel F. Canser